Rafael Ordóñez, autor de las rimas de «Siete monstruos y un gato»: «Me gustan mucho los cuentos de humor y desmitificar»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CEDIDA

Es su segunda colaboración con la editorial pontevedresa Kalandraka

22 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«Me gustan mucho los cuentos de humor y desmitificar. Como los monstruos a los niños les gusta, he querido poner algo de monstruos, pero en plan divertido», remarca Rafael Ordóñez (Aguilar de Campos, Valladolid, 1964) en relación al germen de Siete monstruos y un gato, su segunda colaboración con Kalandraka tras Elefante, un guisante.

—Y sale publicado cuando no queda nada para Samaín, una fecha propicia para monstruos.

—Eso ya es cosa de la editorial, que busca el momento que cree más adecuado.

—¿Como fue colaborar con Christian Inaraja?

—Las editoriales son las que manejan los tiempos. Christian creo que vive en Barcelona y yo ni le conozco siquiera personalmente. He visto sus obras. Les envié el texto, les gustó y buscaron al ilustrador que creían más adecuado. Pero, vamos, eso lo hacen todas. A los ilustradores que conozco, los he conocido después. Solo un par de veces en mi vida he hablado con ellos antes de terminar la obra. Es lo habitual.

—Le deja completa libertad.

—Me fío de los editores porque suelen ser gente muy responsable y muy buena. De hecho, de vez en cuando te dan algún consejillo y es verdad que aprendo mucho de todos. Con Kalandraka tengo un álbum previo, que publicamos hace algún tiempo y les convenció plenamente.

—¿Le dieron algún consejillo con respecto a este libro?

—Como está editorial directamente lo saca en cinco lenguas y al ser un texto rimado, pues, a lo mejor, hay alguna palabra que hay que cambiar, alguna palabra que en castellano tiene difícil traducción a otros idiomas, pero lo mínimo. La verdad es que yo he trabajado con ellos de maravilla. Algunas sugerencia sí, pero ni lo recuerdo. Fueron un par de cosillas muy leves.

—¿Por qué fascinan tanto los monstruos a los niños?

—Porque en teoría son seres malditos, malvados, pero los han normalizado con el rollo de Halloween, de las películas. Para ellos un vampiro... Al contrario, les hace gracia. No tienen la sensación que teníamos nosotros, que sí los veíamos como seres de malignos. Ahora no. Estoy recordando la peli Transilvania y en el fondo son unos pobrecillos porque les pasan las mismas desgracias que a nosotros. En Siete monstruos y un gato es un poco lo mismo porque son unos monstruos que van a asustar y, al final, son ellos los que se van asustando todos de sus de sus propios miedos.

—Y, ya para terminar, ¿algún nuevo trabajo en ciernes?

—Sí. Los álbumes infantiles están funcionando bastante bien y ahora en diciembre sale otro más complejo, más elaborado porque tiene más cosas, con el Grupo Santillana. Se titula Palabra de cabra. Es una mezcla de cuentos, poemas y cómic. Y luego tengo un par de álbumes más que saldrán el año que viene. El proceso es lento.