David Fernández, el ajedrecista del jaque mate a los obstáculos ya es campeón

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

David Fernández, en la escuela de Xadrez Pontevedra
David Fernández, en la escuela de Xadrez Pontevedra Ramón Leiro

Es el primer gallego en alcanzar el título nacional para ciegos después de 23 años compitiendo. Pertenece a Xadrez Pontevedra

04 dic 2023 . Actualizado a las 10:04 h.

David Fernández sabe que acaba de hacer historia, escribe una nueva línea en el ajedrez de Galicia, que abrirá puertas a generaciones futuras. Se proclamó campeón de España de ajedrez para ciegos en el Campeonato nacional que se celebró en Arnuero, en Cantabria. Tras cuatro horas de partida, se llevó el título en un torneo donde consiguió siete puntos en ocho partidas. No es casualidad, ni fruto de la fortuna que este vigués con medio corazón en Pontevedra haya logrado ser el mejor. Lleva más de dos décadas soñando con lo que pasó hace unos días. Ahora prepara el asalto al Campeonato de Europa, que se celebrará en Rumanía, y algún torneo internacional para llegar al Europeo con suficiente fuelle. «La verdad es que después de 23 años tenía ganas de conseguirlo. Estuve cerca muchos años, sobre todo los últimos diez y ya era el momento», señala Fernández, que a punto de cumplir los 40 años lleva desde los ocho jugando a la ajedrez. Fue derribando los obstáculos que le ponía por delante la pérdida de visión.

Escogió un deporte en el que su madre ya tenía mucho bagaje. Puede decirse que David siguió sus pasos en el ajedrez adaptado, una de las pocas disciplinas que permite la integración total. «Todos los deportes tienen una versión adaptada, pero nosotros podemos jugar con cualquiera. Competimos igual con los videntes», apunta Fernández. Para poder jugar y competir, su tablero tiene unas pequeñas hendiduras para las que piezas puedan encajarse y nos las tiren cuando les toca moverlas. Las casillas oscuras están un poco más elevadas y las piezas de ese color tienen un saliente en la parte superior para distinguirlas. «La única diferencia es que a nosotros se nos permite tocar las fichas para reconocerlas y poder moverlas, el otro jugador tiene que cumplir las normas y solo tocar la del movimiento», explica David Fernández.

Es un apasionado del ajedrez. Solo hay que charlar con él unos minutos para darse cuenta que este deporte es su debilidad. Su vida se mueve entre las blancas y las negras del tablero. «Además del juego, tiene un atractivo matemático, nos ayuda en la visión espacial, en el desarrollo cognitivo y potencia la concentración. ¿A qué no sabías que hay estudios que reconocen que ayuda a mejorar la comprensión lectora?», apunta.

Esa lucha con uno mismo, esa autosuperación que supone que solo tú eres dueño de la partida es la otra gran virtud que David encuentra cuando se sienta enfrente del tablero. «Y al acabar somos amigos del rival, es un deporte con mucha sociabilidad», añade el reciente campeón de España.

Aunque sus primeros pasos los dio en el colegio Lope de Vega, en Vigo, practicando ajedrez como una actividad extraescolar, pronto saltó a Xadrez Pontevedra, el club de la capital del Lérez en la que se forman actualmente más de 220 críos. David fue uno de sus monitores hasta que en el 2016 perdió la poca visión que le quedaba y tuvo que aparcar la docencia, pero nunca se planteó decir adiós al club. Siempre estuvo muy implicado y ahora es miembro de su junta directiva. «Me vine para Pontevedra casi cuando nació el club y aquí sigo», explica con orgullo Fernández.

En campamentos de refugiados

Este club es mucho más que el equipo de referencia en la ciudad dentro de esta disciplina. Su labor solidaria les hace aún más grandes. Desde el 2016 acuden al campo de refugiados de Azraq, en Siria. Empezaron viajando una pequeña expedición acompañada de la psicóloga Alba Piay y lo fueron convirtiendo en una rutina hasta que llegó la pandemia. «Yo estuve en el 2019 en el campamento y al siguiente ya no se pudo. La idea era retomarlo en el 2023, pero por la guerra en Ucrania no pudo ser y ahora está el conflicto de Israel en Gaza», lamenta Fernández, que sabe lo bien que le hace el ajedrez a los chavales del campamento. «No somos salvadores del mundo, pero intentamos ayudar en todo lo que podemos», indica. Él se aplica esa filosofía de vida desde que hace años entró en Xadrez Pontevedra, primero como jugador, luego como monitor y ahora también desde la junta directiva.