Juicio en Pontevedra por 36 kilos de hachís: «Yo no tocaba eso. Estoy retirado desde hace tiempo»

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

ADRIÁN BAÚLDE

La Audiencia repite la vista oral por una transacción de cannabis después de que el TSXG hubiese anulado el primer juicio

17 ene 2024 . Actualizado a las 12:37 h.

Después de que el pasado octubre el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) hubiese anulado el juicio que absolvió a dos acusados por una transacción de 36 kilos de hachís condenado a un tercero, la Audiencia de Pontevedra repitió este martes la vista oral. Y se repitió el mismo guion de aquella primera vista oral, el de los acusados defendiendo su inocencia.

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Así, Antonio I. N. sostuvo que sus contactos con el ya fallecido Gerardo Varela Castro, un vecino de Sanxenxo condenado en su día por narcotráfico, se limitaron a la adquisición de un teléfono móvil en Gibraltar. Rechazó, de este modo, cualquier relación con la partida de hachís: «Yo no tocaba eso. Estoy retirado desde hace tiempo».

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Los investigadores sostienen que, a principios de abril del 2018, el ourensano acompañado de su hijo A. I. C. partieron de su localidad de residencia, Málaga, en un Ford Mondeo, mientras que Varela Castro, junto con un ciudadano albanés, se desplazaron en un Volkswagen Polo desde Mosteiro (Meis). Se encontraron en una estación de servicio de la A8, donde los primeros, supuestamente, entregaron a estos últimos una maleta roja con el alijo de hachís, que fue valorado en más de 196.480 euros.

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Antonio I. N. sostuvo que desconocía de «donde ha salido la maleta (...). En mi coche no iba», al tiempo que tachó a Gregorio Castro de mentiroso.

Los otros dos acusados

Por su parte, su hijo negó haber sido la persona que introdujo la maleta roja en el Volkswagen Polo, así como reiteró el objeto del viaje era poder ver a su familia que reside en Ourense. Añadió que conoció al tercer encausado, un albanés, durante la celebración del primer juicio, extremo que confirmó este último. Acotó que, si viajó con Gerardo, fue a raíz de que se enteró de su intención de desplazarse a Santander, localidad que, según explicó, no conocía. Eso sí, confirmó que se detuvieron en la gasolinero donde pudo observar como una persona introducía algo en el maletero.

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Durante este juicio, de igual modo, se leyó el testimonio prestado por Gerardo Varela Castro durante la instrucción judicial, donde incrimina al padre y su hijo, así como exonera a su acompañante. Convencido de que fue víctima de una encerrona o un engaño, mantuvo que le contrataron para transportar «chocolate» por tres mil euros.

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De hecho, sobre A. I. N. señaló que «se dedica al hachís» disponiendo, según su relato, de un basta red de contactos por toda España y algunos países del extranjero. Asimismo, incidió en que si aceptó realizar el transporte, fue porque atravesaba un mal momento y que «si supiera que iba a complicar a su amigo, no lo llevaría».