Una cooperativa de 36 familias se unen para tener un piso asequible en Pontevedra con una entrada de 18.000 euros y 530 al mes

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

En la zona de Valdecorvos hay diez parcelas de protección autonómica
En la zona de Valdecorvos hay diez parcelas de protección autonómica Capotillo

Esta iniciativa es pionera en Galicia para viviendas en cesión de uso en suelo de protección autonómica

23 feb 2024 . Actualizado a las 11:15 h.

La próxima semana empezará la excavación para levantar la primera promoción en Galicia que se hace en cooperativa de viviendas en cesión de uso. Será en la urbanización de Valdecorvos, en Pontevedra. Treinta y seis familias se han unido para construir un edificio en terrenos de protección autonómica. Galca Solucións Habitacionais se encarga de todo el proceso y asesoramiento para llevar la obra adelante. ¿Qué la hace especial? Cada cooperativista aporta 18.000 euros y recibirá 50.000 euros de fondos públicos. El resto de la promoción se financiará con el dinero de Fiare Banca Ética, pero los trabajos arrancan con un montante que supera los 1,5 millones de euros. La ayuda del programa de Fomento de alojamientos, enmarado en el Plan estatal de acceso a la vivienda, le otorgó 1,8 millones, que supone el 28 % de la inversión total prevista por la cooperativa para la construcción, según fuentes de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda. Durante 30 años, cada inquilino tendrá que pagar cerca de 530 euros al mes para devolver la financiación bancaria, pero una vez concluido este proceso, la vivienda podrá ser suya.

Todo empezó en el 2018 cuando compraron la parcela a un promotor que tuvo que deshacerse de ella tras haberla conseguido en el concurso público en 2008. La pandemia retrasó la puesta en marcha de esta cooperativa, pero incluso eso tuvo su lado bueno. Entró en funcionamiento el Plan Estatal de acceso a la vivienda 2002-2025, que recogía ayudas a través de fondos europeos. «Era más de la cuantía prevista», indica Suso Cano, de Galca Solucións Habitacionais. A partir de ahí, se puso en marcha un proyecto que se espera finalizar en 24 meses.

Una vez concluida la obra, se entregarán los pisos a cada uno de los socios y empezarán a pagar esos 530 euros al mes de renta. En esta cooperativa va todo a debate. La asamblea decide cada uno de los puntos que supone levantar un edifico de cero. Desde Galca le ayudan a que todo eso funcione, pero hay un órgano rector de los cooperativistas encargado de convocar las asambleas y de la coordinación. «Son pisos de 90 metros, con tres habitaciones, suelo radiante, plaza de garaje y trastero», apunta Cano.

El inmueble contará con bajos comerciales para los que la cooperativa busca una salida. Si se alquilan o se venden, el dinero redundará en esta especie de sociedad, pero ahora mismo tienen abierto un plazo para aportar ideas sobre el futuro de esas zonas comunes. Pueden ser espacios para eventos o juegos. Será el órgano rector con el respaldo de la asamblea el que tome la decisión.

¿Qué pasará en 30 años?

Una de las dudas que más se repiten en este tipo de construcciones es en qué momento pasarán los pisos a ser de su propiedad. En este caso, ocurrirá al acabar de pagar la financiación.

Pero, ¿qué pasa si quieres deshacerte de la vivienda en unos años? La normativa contempla la posibilidad de abandonar la cooperativa. Durante casi tres décadas, son inquilinos cooperativistas, pero si alguno se quiere dar de baja, entra otro en su lugar. «Los estatutos recogen que se le devolverán los 18.000 euros siempre y cuando esté todo en buen estado y no tenga deudas con la cooperativa», explica Suso Cano. Si se cumplen esas premisas, la persona puede salir de la vivienda y entrará el siguiente en la lista de espera. Ya hay gente esperando por alguno de estos pisos. «El que entra en su lugar tendrá que abonar esos 18.000 euros», recalca Cano, que reconoce que en este tipo de promociones lo que más cuesta es romper la desconfianza inicial de los futuros inquilinos.

Una de las condiciones que tienen estas viviendas es que no se pueden ni alquilar, ni dedicarlas a uso turístico. Pueden hacer cualquier obra menor, salvo modificar los huecos que vienen en el proyecto. Los pisos tendrán que mantener el mismo número de habitaciones para que sus características no cambien a la hora de que entre el siguiente inquilino en la cooperativa.

Valdecorvos, diez parcelas de suelo protegido en una ciudad con pisos a 800 euros al mes

 

 

El alquiler en Pontevedra está por las nubes, según el sector inmobiliario. Es raro encontrar un piso de tres habitaciones en el centro de la ciudad que baje de los 800 o 900 euros al mes. En el caso de buscar una vivienda nueva de esas características para comprar, las familias tendrán que asumir un desembolso que ronda los 300.000 euros. El panorama se complica para los que buscan un hogar. A muchos se le esfuma la posibilidad si no adjuntan dos nóminas. Es por eso que Valdecorvos se ha convertido en una vía de escape para muchas personas que buscan una vivienda en alquiler o en propiedad.

En esta zona de la ciudad, hay diez parcelas que ejecutó Xestur Galicia. En la número 15, una cooperativa levantará estas 36 viviendas de protección autonómica, pero ¿cómo están el resto de parcelas? Hay dos libres para un total de 104 viviendas que se incluirán en el próximo concurso para la adjudicación de suelo residencial, que se convocará este año.

La parcela 19 fue cedida gratuitamente al Concello para que se destinase a 54 viviendas protegidas. «Incumpre o destino da parcela, xa que nin constrúe as vivendas nin pon a parcela a disposición dos promotores ou cooperativas e destínaa a aparcamento de automóbiles», insiste la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivienda. Además, hay cuatro parcelas más que están en proceso de construcción, ya sea con la obra licitada o con los trabajos en marcha, y supondrán un total de 118 viviendas, a las que se suman las 36 que pone en marcha la cooperativa. En Valdecorvos ya hay otros dos edificios con todos sus pisos vendidos, uno de 132 viviendas y el otro de 56.