Los deberes de Rueda en casa

PONTEVEDRA

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, con el alcalde, Fernández Lores en la sede de la Xunta en Pontevedra
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, con el alcalde, Fernández Lores en la sede de la Xunta en Pontevedra RAMON LEIRO

El primer pontevedrés que accede a la presidencia de la Xunta por sufragio universal tiene para este mandato unas cuántas tareas pendientes en su ciudad

07 abr 2024 . Actualizado a las 19:38 h.

Por primera vez en 43 años de autonomía en Galicia, un político nacido en nuestra ciudad en 1968, llamado Alfonso Rueda Valenzuela, ha sido elegido presidente de la Xunta por sufragio universal, responsabilidad pública que asumirá el próximo sábado. Ahora sí, será un pontevedrés tanto de cuna como de vecindad quien asuma la jefatura del ejecutivo autonómico. A diferencia de Emilio Pérez Touriño, con vínculos familiares en la ciudad del Lérez pero coruñés de ascendencia. O del propio Alberto Núñez Feijoo quien, si bien se presentó en varios comicios encabezando la lista del PP por esta provincia y residió en Vigo, su cuna fue Os Peares como aprovecha para reivindicar cuanto tiene oportunidad.

La circunstancia de que un vecino de Pontevedra, que mantiene aquí su residencia junto con su familia, sea el presidente de Galicia se presenta como una gran oportunidad para la ciudad ante el mandato que en próximos días iniciará Alfonso Rueda después de haber conseguido una mayoría absoluta de 40 diputados en el Parlamento Gallego. Porque a diferencia del mandato anterior, desde que asumió en mayo de 2022 la presidencia en sustitución de Núñez Feijoo cuando el ourensano se fue a Madrid para liderar el PP nacional, ahora Rueda sí se siente plenamente respaldado, al 100 por cien, para la tarea de gobernar Galicia.

Mi intención en las próximas líneas es trazar cuales son los deberes pendientes que el titular de la Xunta tendrá que asumir para con su ciudad en correspondencia a la responsabilidad que jurará el próximo día 13 en el Panteón dos Galegos e Galegas Ilustres.

No cabe duda alguna que el proyecto estelar de la Xunta, en ejecución ya muy avanzada, es el nuevo hospital, el Gran Montecelo, tanto por el monto de la inversión como por la trascendencia social de la mejora asistencial que supondrá para los habitantes de la capital y comarcas aledañas, en suma, para los 300.000 usuarios del área sanitaria Pontevedra-Salnés.

Equipar el nuevo centro

Aunque el proyecto viene heredado del último mandato de Feijoo, quien inició las obras en mayo de 2021, le corresponderá a la Xunta de Rueda completar y dotar adecuadamente el nuevo Montecelo. No solo se trata de rematar la obra civil que va en plazo dentro de la previsión de 42 meses que se firmó, sino de equiparlo de la tecnología de última generación y del personal facultativo necesario para atender la demanda que supondrán las casi 900 camas de hospitalización del nuevo centro.

Probablemente el gobierno de Rueda tendrá que asumir un inevitable desfase presupuestario que elevará hasta los 300 millones de euros el coste final de la construcción del nuevo hospital más la dotación necesaria en equipamientos y la modernización del viejo Montecelo.

Cómo se hará el traslado del personal y material del viejo Montecelo así como de las consultas que se prestan en la Casa del Mar de Mollavao, al Nuevo Hospital; la posterior modernización del hospital actual y cómo se conectarán después los dos edificios sanitarios de Mourente, será una papeleta que deberá resolver Julio García Comesaña o quien le suceda en la Consellería de Sanidade, algo que solo Rueda sabe por ahora.

El futuro del Provincial

Para más adelante, el presidente y su gobierno tendrán el deber de resolver el futuro aprovechamiento del Hospital Provincial, una vez se vacíe de las consultas sanitarias que aún se atenderán allí hasta 2027. Rueda admitió en campaña electoral que le gustaba la idea lanzada por Rafa Domínguez para que el céntrico y centenario edificio albergase usos universitarios. Ya sean nuevas titulaciones, como la necesaria mejora de la existente pues las instalaciones de la Escuela de Enfermería necesitan urgentemente dignificarse. También cabría, según la idea de Domínguez, una residencia de estudiantes pública de la que carecemos en la ciudad. No obstante, Rueda deberá considerar incorporar más posibilidades pues las dimensiones de la superficie de 23.000 metros cuadrados que ocupa el inmueble, da para otros posibles usos complementarios. Entre ellos, socio sanitarios. Hace tiempo se postuló para una residencia asistida de la tercera edad pues la ciudad carece de plazas públicas suficientes. No basta con las que ofrece el centro geriátrico de Campolongo ni las 120 nuevas del promovido por Amancio Ortega que abrirá en breve en A Eiriña.

Otros proyectos

En política viaria, Rueda deberá velar para que se complete la reforma integral de la PO-546, la carretera vieja a Marín, pues de momento solo está en ejecución el tramo de Lourizán con el nuevo aparcamiento disuasorio. Se necesita completar y enlazar con la transformación urbana de Mollavao prometida desde hace lustros por el Concello. En esa misma zona del municipio, la restauración del Pazo de Lourizán para usos culturales, sociales y hasta turísticos promete, siempre que la Xunta apueste con una inversión cercana a los 20 millones de euros. Del mismo modo, Rueda sabe que su gobierno tendrá que aportar más que los 6 millones ya comprometidos, para convertir Santa Clara en el icono cultural de su ciudad.

En la cuenta de asuntos pendientes Rueda deberá afrontar la variante de Alba o el dragado del Lérez si hay consenso con otras administraciones. Y como periodista le vuelvo a reclamar la reapertura de la delegación local de la CRTVG, injustamente cerrada por Feijoo.