Goteo de marchas en otro Primero de Mayo sin unidad sindical

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

BARRO

ramón leiro

A excepción de UGT y CC. OO., todos se dejaron media hora de margen para salir a pedir lo mismo: más beneficios laborales

02 may 2017 . Actualizado a las 12:43 h.

Pasan los años, pasan los Primeros de Mayo, y Pontevedra sigue inundándose de un goteo de manifestaciones que ni logran ni parecen echar demasiado de menos una unidad sindical. Incluso aunque las diferentes organizaciones de trabajadores se echen a la calle para reivindicar una misma exigencia: igualdad. Sobre todo, para los afectados por la crisis, que son todos, pero que no a todos ha perjudicado por igual.

Ese es, al menos, el mensaje en el que coincidieron los principales colectivos sindicales, que insisten en advertir de que, a pesar de la recesión económica parece empezar a disolverse, sus efectos continúan avasallando a los trabajadores a base de restarles cada día más derechos. «Imos para atrás. Crise hai para a clase traballadora, o capital está gañando máis cartos ca nunca. Acaban de saír as cifras do primeiro trimestre do 2017 e o balance final do 2016, e o capital nos últimos anos, as grandes empresas, gañaron cartos como nunca», mientras «a clase traballadora está morrendo na miseria», lamentó el secretario comarcal de la Confederación Intersindical Galega (CIG), Marcos Conde.

Media hora antes que el resto de las manifestaciones y tras su pancarta de cabecera, 2017 un ano de loita pola recuperación de dereitos, centenares de personas secundaban la movilización más numerosa de la ciudad, a la que se sumaron, como viene siendo habitual, responsables locales y provinciales del BNG, como el concejal y vicepresidente de la Diputación, César Mosquera; los diputados Eva Vilaverde y Xosé Leal; los ediles Carme Fouces y Alberte Oubiña; o el alcalde de Barro, Xosé Manuel Abraldes.

Cobras más, pagas más

Poco después, pasados unos minutos de las 12.15 horas, Xosé Ramón Piñeiro, el responsable de Comisiones Obreras (CC. OO.), le ponía cifras a la injusta realidad que criticaban, justo antes de dejar A Ferrería para dar vida a la segunda manifestación que más gente congregó: «Se cobras un 1 % máis, pero o custe da vida sobe un 2 %, retrocedes na capacidade de compra. E, indo nós para atrás, hai outros que van moito para adiante. Nas empresas, na media de ganancia estamos falando dun 18 %. É moito incremento, e hai que repartir esa ganancia entre o conxunto dos traballadores. Hai que chegar a toda a clase social e hai que ter protección social, que non a temos».

Compartiendo cabecera con la Unión General de Trabajadores (UGT), abría paso el lema Non hai escusas. Empresas estables, salarios xustos, pensións dignas, máis protección social. Tras la pancarta principal, su secretario comarcal, Ramón Vidal, insistía en que se agotaron las razones para no salir a la calle «para que os beneficios que están a ter as empresas revirtan nos traballadores. No 2008, ano fatídico, fóisenos recortado todo, dende dereitos económicos e sociais gañados durante décadas, fóronnos retirados por unha pretendida crise provocada polo sector financeiro. Ese sector financeiro foi resarcido, e máis que resarcido, durante todo este tempo con grandes cantidades de cartos que aportamos todos. Perdemos os grandes capitais sociais que tiñamos e agora é o momento de revertilo a nivel xurídico e lexislativo e retirar todos aqueles acordos e reais decretos que cada venres nos tiñan atenazados, hai que volver a revertilos e buscar a transparencia, a honestidade e o apoio social por parte deste goberno a todos os traballadores».

Dividiendo a los participantes en bloques, las diferentes consignas fueron paseando por la ciudad las necesidades prioritarias de sus habitantes, también representados, aunque en menor cuantía, por la Confederación General del Trabajo (CGT), la última en arrancar. Y en terminar.