Entierran a las dos pequeñas en Campo Lameiro en la más estricta intimidad

m.b. pontevedra / la voz

CAMPO LAMEIRO

03 ago 2015 . Actualizado a las 14:38 h.

Ayer por la mañana, Rocío Vieites dijo adiós a sus dos pequeñas en la más estricta intimidad. Rodeada por sus familiares y allegados. Aunque durante la jornada del sábado fueron varias las voces que apuntaron a que el deseo de la familia era incinerar a las dos niñas, finalmente optaron por enterrarlas. Lo hicieron en el cementerio de Campo Lameiro, toda vez que la progenitora es oriunda de allí, en concreto, de la parroquia de Couso.

Rocío Vieites, de 37 años y traductora de profesión, ha mantenido el tipo rodeada de los suyos desde que el pasado viernes afrontó un drama que la marcará para el resto de su vida. Ayer, durante el entierro, la madre de Amaia, de cuatro años, y Candela, de nueve, hizo de tripas corazón para despedir a sus dos pequeñas. Ni en la peor de las pesadillas resulta fácil imaginar su dolor. La dimensión infinita de su pérdida.

Macabro aviso

A la tragedia de la muerte de sus hijas, se añade el comportamiento macabro de David Oubel, quien alertó a su ex mujer de sus intenciones homicidas minutos antes de cometer el crimen. Algunas fuentes sostienen que el parricida le mandó una carta a Rocío Vieites en la que le advirtió de lo que haría, además de llamarla por teléfono en la mañana del viernes. La madre, de hecho, avisó a la Policía Local y cayó derrumbada en la calle cuando se dirigía a la vivienda de su ex pareja.