El equipo verde se ha colocado líder de Preferente con dos victorias en su debut en la categoría
05 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El Campo Lameiro sigue instalado en un sueño del que no parece dispuesto a despertarse. El equipo de A Chanciña logró la pasada primavera ascender por primera vez en su historia a Preferente desde su fundación en 1979. Y lejos de conformarse, el Campola ha entrado en esta nueva etapa por la puerta grande, debutando en la categoría con una contundente victoria por 0 a 3 en el campo del Gondomar, un resultado al que dio continuidad el domingo ganando por 1 a 0 al Moaña en su estreno en casa gracias a un golazo de falta de Santi Fontán. Dos triunfos que le han servido para colocarse líder provisional superando con creces cualquier previsión.
«El liderato es algo circunstancial, lo importante es que los seis puntos conseguidos pueden valer su peso en oro a la hora de conservar la categoría y también nos valen como estímulo -afirma con cautela el presidente del club, Jesús García Ameijeiras-. Sabemos que con lucha y sacrificio todo se consigue», añade.
Este hito llega, además, solo tres años después de haber debutado en Primera Autonómica, un logro que entonces ya parecía insuperable. Pero este Campo Lameiro parece no tener límites, aunque con poco más de 200 socios en un municipio de apenas 2.000 habitantes, el mensaje que transmite el club no se desvía ni un ápice de la humildad que le ha llevado hasta donde está ahora.
Eso es, al menos, lo que se desprende del discurso de su entrenador, Jacobo Abal, Romario, que demuestra su compromiso con la entidad al dar su punto de vista sobre el valor que tiene este liderato. «Polo menos ilusiónase a xente, e así aproveita o presidente para facer algún socio máis», afirma. El técnico, que fue jugador del club durante «oito ou nove anos, xa non lembro», vivió como futbolista el ascenso a Primera Autonómica. Y después, fue él quien se sentó en el banquillo para llevar al equipo a Preferente. «Ao principio non quería, porque a maioría dos xogadores son os meus amigos, cos que saio e cos que convivo. Pero ao final, aceptei e saíu ben. Ascendemos, gozámolo e seguimos a facelo», cuenta Romario.
Precisamente, a la hora de explicar el secreto de estos éxitos, él parece tener claro que es «a amizade que temos entre nós. E ata hai algún xogador ao que xa adestrei sendo alevín». desvela. Tanto es así que, pese a que está brillando también a nivel personal como entrenador, afirma que no se ve ejerciendo esta labor en otro equipo. «O que vivo con eles non mo van dar en ningures. De feito, cando marche non adestrarei noutro lado», asegura.
Volviendo al presente, Romario insiste en que este liderato no es más que una «anécdota». «Ningún de nós pensa niso, só en acadar os 45 puntos e deixar de sufrir». Un objetivo para el que no tiene dudas de cuál es la receta. «Sabiamos que íamos competir. E nós imos vivir de correr e de partirnos a cara», concluye.