Los ladrones entraron en Aduanas sin necesidad de forzar ninguno de sus accesos

L. Penide / M. Gago PONTEVEDRA / LA VOZ

MARÍN

MARCOS GAGO

El edificio del que sustrajeron una importante cantidad de munición carece de alarma y no dispone de vigilancia nocturna

17 may 2017 . Actualizado a las 11:23 h.

Los ladrones que este fin de semana asaltaron el edificio de Aduanas de la avenida de Ourense de Marín lo tuvieron relativamente fácil para acceder a su interior y hacerse con una importante cantidad de munición. Según confirmaron ayer distintas fuentes, el edificio carece de sistema de alarma, no dispone de vigilancia nocturna y los ladrones ni siquiera tuvieron que forzar ninguno de sus accesos para introducirse en su interior.

Tras conocerse el robo, agentes de la brigada de policía científica del Cuerpo Nacional de Policía se desplazaron hasta el inmueble para realizar una inspección ocular y recabar indicios que pudiesen servir para identificar a los posibles autores. En el marco de estas indagaciones se ha establecido ya el posible método que los asaltantes emplearon para adentrarse en el edificio. En este sentido, la tesis que se maneja es que se trata de un robo mediante escalo, de tal modo que los amigos de lo ajeno actuaron desde la fachada posterior del edificio, que da a la calle Méndez Núñez.

De este modo, aprovecharon las rejas metálicas que protegen una de las ventanas de la planta inferior para impulsarse y poder alcanzar la de una oficina ubicada en el piso superior. En principio, todo parece apuntar a que esta ventana estaría abierta o, al menos, no cerrada completamente, ya que todas las fuentes coinciden en señalar que no hubo forzamiento.

Una vez dentro de Aduanas, los ladrones reventaron varias puertas para tener acceso franco a distintas dependencias. Esto les permitió sustraer medio millar de cartucheras de munición, así como equipos de comunicaciones portátiles -semejantes a walkie-talkies-, y material de intervención, caso de prismáticos y linternas.

El robo se descubrió a primera hora de la mañana de este lunes, pero se desconoce el momento exacto del fin de semana en el que se pudo consumar. La Policía Nacional de Marín, cuerpo ante el que se tramitó la correspondiente denuncia, trabaja con la idea de que este se produjo entre la tarde-noche del viernes, momento en el que el personal de limpieza se marchó cerrando el inmueble, y la mañana de este lunes, cuando los distintos funcionarios se disponían a iniciar su jornada laboral.

Desde el momento en el que se interpuso la denuncia y hasta que la policía científica realizó la inspección ocular se restringió el acceso a estas dependencias. Los investigadores mantienen abiertas distintas líneas de investigación para esclarecer lo ocurrido. «No se descarta nada», señalaron fuentes judiciales conocedoras de algunos pormenores de este caso, así como insistieron en que se llegará hasta el fondo de lo ocurrido. Otro de los aspectos que más llama la atención es el hecho de que, por el momento, no se hayan localizado potenciales testigos del robo. Al cierre de esta edición no se habían producido detenciones.

Lo cierto es que el robo ha causado una gran sorpresa en Marín, donde muchos se preguntan cómo es posible que se guardara tal cantidad de munición en un inmueble que, a priori, carecía de seguridad o sistemas de alarma. A este respecto desde la Agencia Tributaria remarcaron que la cartuchos estaban transitoriamente en el edificio de Aduanas, dado que la munición se había recibido recientemente para ser trasladada a la otra sede del SVA en Marín, ubicada en el recinto de la Escuela Naval Militar.

Aparentemente, la intención de Vigilancia Aduanera es la de trasladarse por completo a las oficinas de la Escuela Naval, una mudanza que mientras no se produce obliga a seguir utilizando las instalaciones del edificio de la calle Ourense. En el recinto militar comparten espacio con las unidades que componen el Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Pontevedra.