Susto en Marín al trasladar a una portera al hospital tras un choque frontal que la dejó inconsciente

Faltaban diez segundos para el descanso en el partido de Primera División de fútbol sala femenino entre el Marín Futsal y el Rayo Majadahonda cuando el bullicio del pabellón de A Raña enmudeció. La jugadora visitante Iraia conducía el balón hacia la portería local para intentar subir el tercer gol e irse al túnel de vestuarios con una renta cómoda en el electrónico. Al ver el peligro de la acción, Patri Arruti salió para cortar la acción con la mala fortuna de que ambas llegaron en carrera a un choque brutal de frente. El fuerte impacto que ambas recibieron en la cabeza las dejó tendidas en el suelo sin moverse. Arruti parecía inconsciente. El árbitro llamó inmediatamente a los servicios sanitarios al ver que la jugadora continuaba inmóvil tirada en el parqué de A Raña. Las compañeras de ambas y los cuerpos técnicos rodearon a las futbolistas, mientras uno de los técnicos sanitarios que estaban en el pabellón pedía una ambulancia al ver que la jugadora no mejoraba.

Arruti parecía no reaccionar, la pusieron de lado y le colocaron un collarín a la espera de que el equipo de emergencias llegase al pabellón de A Raña. Sin tiempo para esperar, decidieron mover a Patri Arruti a la camilla y llevarla hacia la zona de vestuarios para que se pudiese reanudar el partido. Quedaba menos de un segundo.  A los pocos minutos y ya de camino a la ambulancia, la jugadora empezó a moverse. Llevó la  mano a la cabeza. La presidenta del Marín Futsal, Araceli Otero, confirmaba minutos antes de que concluyese el encuentro que Patri Arruti había sido trasladada al Hospital Quironsalud Miguel Domínguez y se encontraba mejor. «Según el médico que la atendió, no parecía que hubiese ningún problema neurológico. Aún así, será sometida a más pruebas para quedarse tranquilos». 

Iraia, la futbolista del Rayo Majadahonda que chocó contra Arruti, salió del campo apoyada en dos compañeros, pero no pudo volver a jugar en todo el partido. Tras unos minutos sentada en el banquillo, volvió a marearse y tuvo que tumbarse en el suelo.

A la vuelta de vestuarios, las jugadoras del Marín Futsal no fueron capaces de remontar el partido, pese a los intentos de recortar la distancia de los cinco goles que encajaron. Las de Ramiro Díaz tuvieron que remar a contracorriente después de que el Rayo inaugurase el marcador con un gol de María Barcelona. Aunque luego consiguió empatar, las madrileñas no cedieron y metieron una manita a un Marín, que este sábado tenía la cabeza lejos de A Raña. 

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