La Audiencia habilita la primera semana de julio para juzgar los asesinatos de Amaia y Candela

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

MORAÑA

La Audiencia de Pontevedra ha habilitado los días 4, 5 y 6 de julio para juzgar a David Oubel

24 mar 2017 . Actualizado a las 05:10 h.

Tal y adelantó La Voz hace unos días, finalmente el juicio por los asesinatos de Amaia y Candela en Moraña se celebrará antes del 15 de julio. Concretamente, la sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra ha habilitado los días 4, 5 y 6 de julio para juzgar a David Oubel quien, previsiblemente, tendrá que hacer frente por primera vez en España a una petición de pena de prisión permanente revisable.

El calendario fijado por la Audiencia establece que en la primera de estas tres jornadas se selección a los nueve miembros del tribunal popular, más los dos suplentes, realizando una criba entre 36 pontevedreses. Ese mismo martes está previsto que se celebre el interrogatorio del acusado y padre de las dos pequeñas, quien, claro está, podría acogerse a su derecho a guardar silencio. De hecho, es lo que, al parecer, ha venido haciendo en sus distintas comparecencias judiciales.

A partir de esta declaración, arrancaran las comparecencias de los distintos testigos solicitados por las partes y, ya por último, de los peritos. Dependiendo de cómo se desarrollen estas intervenciones, algunas fuentes apuntaron a que el veredicto del jurado podría darse ya el 6 de julio o, como mucho, retrasarse al día siguiente, viernes.

El tribunal popular deberá establecer si David Oubel es, tal y como sostienen las acusaciones, culpable o no de dos delitos de asesinato. Mantienen que en los crímenes, ocurridos el 31 de julio del 2015, concurrió la circunstancia de alevosía, ya que, según refieren en este sentido, dejó sin posibilidades de defensa a sus dos hijas, a las que supuestamente drogó antes de matarlas con una sierra eléctrica, una radial.

Frente a las tesis de las acusaciones, la defensa, en principio, mantiene la estrategia de considerar que su cliente sufrió un trastorno mental transitorio en el momento en el que dio muerte a sus dos hijas en su vivienda de Moraña.