El Pontevedra de Luisito llega al play-off invicto sobre sintético

Roi Palmás
roi palmás PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El Silvestre Carrillo se presume como un feudo incómodo por el calor, las dimensiones y el césped artificial, una superficie talismán para los granates

23 may 2015 . Actualizado a las 17:08 h.

El Pontevedra acude a la isla de La Palma para jugar en el infierno del Silvestre Carrillo. Así se presume el ambiente y el escenario que acogerá el duelo en la cumbre entre los campeones del Grupo 1 y del Grupo 12 de la Tercera División. Los granates temen casi más a la aclimatación a las condiciones que se toparán en la isla que al vértigo que supone jugarse toda la campaña a una doble carta o al rival, a quien se le respeta pero no se le tiene miedo.

Mucho se ha especulado en los últimos días -realmente desde el momento en el que se conocía el emparejamiento- sobre cómo es y cómo se juega a las doce del mediodía (en horario insular) en un campo pequeño, donde caben 6.000 aficionados pero que contará con menos de la mitad de las butacas ocupadas, con posibilidad de viento y con medidas más reducidas que las del municipal de Pasarón.

El estadio del Mensajero se reinauguraba en el año 2007. Es sensiblemente más corto y más estrecho que el feudo lerezano ya que mientras el insular cuenta con una medidas aproximadas de 95x48 metros, el pontevedrés presume de 105x68 metros, unas medidas que se hacen gigantescas a equipos pequeños, más acostumbrados a tapetes más coquetos y que cuentan con menos margen para adaptarse.

A pesar de todo, Luisito, que trabaja habitualmente sobre el sintético de A Xunqueira, se planta en esta promoción de ascenso invicto sobre este tipo de superficie. El técnico de Teo tan solo ha hincado la rodilla en cuatro partidos en la fase regular y todos ellos se han producido sobre hierba natural. Las derrotas granates con él como jefe del banquillo fueron en Cerceda (jornada 19), en A Coruña ante el Dépor B (jornada 23), en Boiro (jornada 29) y en casa, ante el Choco (jornada 34), a las que habría que añadir las tres de Manu Fernández en Ribadeo y ante el filial deportivista y Sanxenxo, ambas en Pasarón.

Es por tanto un mito, con los datos en la mano, que al Pontevedra le cueste desplegar su juego a domicilio sobre una superficie que dificulta el tránsito rápido del esférico y a eso se aferran para minimizar el factor cancha, del que presumen en Canarias. Quizás le costará más hacerse a un terreno de juego más corto y mucho más estrecho que Pasarón.