«Casi ni me enteré de que tenía el zika»

Olga Suárez Chamorro
olga suárez PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Iria Aujo vive desde hace dos años en Martinica e imparte clases de español en un instituto de la isla

25 jun 2016 . Actualizado a las 10:26 h.

Iria Aujo pasó de trabajar en el parque de atracciones más visitado de Europa a vivir sola a pie de playa, en un pueblo de pescadores del Caribe. Y supo adaptarse a las dos situaciones. Es de Pontevedra, intérprete de lengua de signos, licenciada en Filología francesa y tiene un máster de profesora de español. Cuando empezó sus estudios, se dio cuenta de que solo emigrando sería capaz de desarrollar bien su trabajo y hablar perfectamente el francés, así que, tras el primer año de carrera, trabajó durante dos meses cuidando un niño en Francia.

Volvió a casa para seguir estudiando, pero aprovechaba todos los períodos vacacionales para volver al país vecino y seguir perfeccionando el idioma. «Me enteré de que buscaban empleados en Eurodisney y cogí un avión hasta Barcelona para realizar la entrevista de trabajo». La experiencia le gustó y ella también convenció a sus jefes, pues la empezaron a llamar para trabajar en Navidades, Halloween, Semana Santa? Hasta que el penúltimo año de carrera consiguió una beca Erasmus en París y empezó a trabajar en el parque temático de Disney durante los fines de semana para costearse el precio del alquiler en la capital francesa.

En agosto del 2013 se despidió de su última temporada como trabajadora disfrazada de dibujos animados, pero quería seguir fuera al menos un año, con la intención de cursar el máster fuera de España. Así que optó a una beca de «auxiliar de conversación». Escogió como primer y segundo destino ciudades francesas, y la tercera casilla la rellenó con la opción de la colonia francesa en el Caribe. «Solo había 9 plazas para toda España y estaba segura de que no me elegirían a mí». Y le tocó Martinica.

Cuenta que la noticia fue un choque para su familia, pero sus padres le animaron a irse, al tratarse de una estancia de nueve meses. «Ahora que he decidido quedarme, están contentos porque estoy trabajando en lo que me gusta y soy feliz». Pero confiesa que hay épocas del año, como los cumpleaños o las Navidades, en que la distancia se le hace un poco dura.

Pese a estar en una zona paradisíaca, cuenta que al llegar tenía miedo a muchas cosas: «En la isla hay un volcán, se encuentra en una zona de terremotos, de tsunamis, hay tarántulas, serpientes, enfermedades tropicales...». Pero fueron pasando los meses y se fue adaptando perfectamente a todas estas situaciones. «Al final te das cuenta de que nada es tan grave, ya he tenido el zika y sigo aquí». Cuenta en su blog cómo pasó de pensar que tenía una gripe común a descubrir que se había infectado el virus del famoso mosquito, aunque cuando lo hizo, el médico le confirmó que la enfermedad ya estaba en su última fase. Primero sintió los típicos síntomas de una gripe, «el lunes me dolía todo el cuerpo, muchísimo dolor de cabeza, pero no le di más importancia». Después llegó la fiebre, se encontraba cansada? Y el viernes se despertó llena de granos. Ahí fue cuando se dio cuenta de que se trababa de zika y llamó rápidamente a su médico. «Yo me estaba preparando para un protocolo estilo ébola, que lo peor estaba por venir». Pero le confirmaron que los granos eran el último síntoma. «Y si no hubiera sido por ellos, ni me hubiera enterado de que tenía el zika».

Pero en estos años también ha habido muchas cosas positivas: «He aprendido a ser más independiente, si tengo un problema me tengo que buscar la vida porque la familia está muy lejos y no van a poder ayudarme». Su trabajo como auxiliar de español finalizó en junio del 2014 y fue una de las experiencias laborales más positivas de su vida.

Y allí sigue, trabajando como profesora en Martinica y sin perspectivas de cambio, por el momento. «Con el tiempo buscaré un destino más cerca de mi familia». Aunque echa de menos la vida en Galicia, ve difícil poder volver. «Pero quién sabe, tampoco me esperaba poder trabajar en el Caribe».

Licenciada en Filología francesa, se trasladó a Martinica en septiembre del 2013 gracias a una beca de auxiliar de conversación con una duración de nueve meses. Después encontró trabajo como profesora en un instituto y allí sigue tres años después. De momento, no tiene pensado volver aunque en un futuro le gustaría un destino más cerca de casa