Ni de acuerdo para lo más básico

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral CRÓNICA

PONTEVEDRA CIUDAD

16 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Gobierno local y oposición se cruzan estos días acusaciones debido a la prórroga de varios contratos como el agua, la basura o la concesión de las piscinas de Campolongo. Para los grupos políticos que no toman decisiones ejecutivas en el Concello se trata de una muestra evidente, dicen, de la mala gestión y la paralización del equipo de gobierno del BNG. Ayer, la junta de portavoces en la que sobre el papel se consensúan los asuntos que van a pleno, sirvió para dar más munición a la descalificación política. En una comparecencia improvisada, el PP cargó contra los nacionalistas por no haber sido capaces, aseguró su portavoz, Jacobo Moreira, de marcar la nueva fecha para los plenos. «Empezamos a hablar en septiembre y estamos en marzo. El cambio de fecha sigue sin resolverse, al igual que la modificación del reglamento», se quejó el concejal. Como si de un mantra se tratara, Moreira volvió a reiterar que el de Fernández Lores es un «gobierno paralizado, que no gestiona». Algo que achacó a que el alcalde está preparando «los viajes de la jubilación». También le sirvió como argumento la posibilidad que valora el Concello de ocultar las medianeras y traseras de A Peregrina con una intervención artística. «Hubo un concurso de ideas, hubo gasto de dinero público... es un resumen de la política de Fernández Lores».

La respuesta del gobierno no se hizo esperar. El portavoz del BNG, Raimundo González, calificó a la oposición «de non moi traballadora». Aseguró que los grupos tuvieron más de un mes para contestar a una propuesta de la concejalía de Réxime Interior para fijar la fecha y hora de los plenos, el número máximo de mociones por grupo y los tiempos de intervención. «Non se recibiu contestación de PP, PSOE e Ciudadanos», desveló el concejal. No metió a Marea Pontevedra en ese saco porque aunque no presentó ninguna propuesta sí tuvo «unha conversa» con el presidente de la comisión. Fue precisamente Marea quien solicitó un cambio en la fecha de los plenos, que por acuerdo tomado al inicio del mandato se celebran los lunes a las 11 horas. Y en lunes será el próximo. La propuesta del BNG es que las sesiones tengan lugar el antepenúltimo viernes de mes y le vale que las mociones se limiten a dos por grupo, dejando abierto para un posterior acuerdo el tema de los tiempos de intervención. Raimundo González lanzó otra pulla a la oposición: «Non cabe meter mocións que son rogos ou preguntas e non teñen trascendencia. Nós somos respectuosos co acordo do verán». En la sesión del lunes habrá cuatro iniciativas del PP y otras tantas del PSOE. Y es que el consenso sobre algo tan básico como las reglas del juego parece estar todavía lejos.