Pontevedra se marca un nuevo reto: cero heridos graves en vías urbanas

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

La ciudad afronta su séptimo año consecutivo sin muertos por accidentes en el centro

20 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pontevedra entró en febrero en su séptimo año consecutivo con cero muertos en las vías urbanas. El último accidente con saldo mortal se registró en febrero del 2011 en el puente de los Tirantes. Curiosamente, el mismo día en que la política sobre seguridad vial del Concello era premiada por la Dirección General de Tráfico en un congreso Córdoba. Ahora, el gobierno local y los responsables de la Policía Local se fijan un nuevo reto, apuntado ayer por la concejala de Seguridade Cidadá, Carme da Silva (BNG): «queremos tender aos cero feridos graves nas vías urbanas».

Da Silva presentó con el jefe de la Policía Local, Daniel Macenlle, el balance de accidentes registrados en las vías urbanas durante el año 2016. Hubo en total 884 siniestros que dejaron un saldo de 113 heridos leves y 18 graves. Estos últimos son aquellos que requirieron atención hospitalaria, y es esa cifra, que se mantiene durante los últimos años, la que se quiere bajar.

Los cero muertos y el bajo índice de siniestros graves son, a juicio de Da Silva, «resultados moi positivos que avalan as medidas estruturais adoptadas para mellorar a seguridade vial». Pero también es cierto que muchos de esos 884 accidentes totales se pueden evitar. «Moitos dos sinistros -apuntó la concejala- son evitables. O 60 % prodúcense por despistes, e outros moitos polas malas condicións dos vehículos». Para reducir el número, el Concello y la Policía Local pondrán en marcha una campaña específica sobre las condiciones en que se conduce y la necesaria concentración cuando uno se pone a los mandos de cualquier tipo de vehículo.

La velocidad sigue siendo uno de los factores más determinantes a la hora de que un siniestro se convierta en grave. Por ello, además, a este tipo de campañas y a las medidas estructurales -principalmente la implantación de reductores de velocidad en las vías que son competencia del Concello-, se unirán «medidas disuasorias».

La principal será la adquisición de un radar móvil. La concejala insistió en que no se trata de un elemento recaudatorio, sino que siempre se anunciará el lugar donde se situará. «A idea é que os condutores reduzan a velocidade, e sabemos que hai puntos da cidade onde non se respectan os límites. Se montamos un radar e o anunciamos, a xente inmediatamente levanta o pé. Ese é o efecto que buscamos, non o de sancionar ao condutor».

Macenlle dejó entrever que el radar funcionará principalmente en las calles que conforman el anillo exterior del casco urbano: Fernández Ladreda, avenida de la Estación, Eduardo Pondal, Doce de Novembro, José Casal, avenidas de Buenos Aires y Uruguai... «É onde se concentran a maior parte dos sinistros. No centro do casco urbano son practicamente anecdóticos».