El Camino Portugués tiene los mismos puntos negros que hace una década

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

En el 2007 se hizo un informe de los tramos peligrosos y el documento sigue vigente

23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo sigue igual. Esa es la conclusión a la que se llega cuando se conoce la historia de los puntos negros del Camino Portugués. Resulta que en el año 2007 la asociación Amigos do Camiño Portugués presentó un documento a las distintas Administraciones poniendo en evidencia los tramos más peligrosos, sobre todo, en la parte pontevedresa de la ruta. Una década después, salvo alguna mejora en la señalización, el documento sigue vigente. Eso sí, si se le pregunta al presidente del colectivo, Tino Lores, señala lo siguiente: «Es cierto que hasta ahora estuvimos predicando en el desierto, porque prácticamente no se hizo nada y tenemos bastantes puntos negros. Ahora hay interlocutor y parece que la Xunta apuesta por mejorar el Camino Portugués, así que tengo la esperanza de que lo haga».

¿Cuáles son los puntos negros? Hay un buen número. Entre los más destacados, el vial de Tomeza -de hecho, muchos peregrinos se desvían por el río Gafos para evitar la carretera-, para el que se reclaman aceras; el tramo de Alba -para el que no llegaría con la construcción de la proyectada variante, sino que se necesitaría una senda peatonal, según Amigos do Camiño-; un cruce con la vía del tren en Barro y determinados puntos de la carretera N-550, como el de Barosa o Carracedo. Amigos do Camiño cree que, más allá de hacer obras, en la carretera nacional se necesita más señalización para que el paso de peregrinos sea seguro.

Turismo de Galicia indica que se reforzó la señalización y que trabaja en distintas líneas

Turismo de Galicia señaló que una de sus principales prioridades es la seguridad de los peregrinos. En el caso concreto de la ruta portuguesa, indicó que ya se trataron sus problemas de seguridad en la comisión creada para ello. Turismo indicó también que, a raíz de ir a esa mesa de debate, tanto la Demarcación de Carreteras del Estado como la Axencia de Infraestructuras de Galicia actuaron ya con medidas de refuerzo de la señalización -uno de los ejemplos donde se pusieron indicativos fue la N-550, pero concellos y usuarios creen que todavía no son suficientes-.

Por otro lado, desde Turismo señalaron que están tratando de buscar solución a algunos puntos negros en concreto. Por ejemplo, en Barro, según la Xunta, se está en conversaciones con el Concello y la Diputación para avanzar en la creación de una senda alternativa. En cuanto a Tomeza, al preguntarle a Turismo por el peligroso vial que va desde Santa Marta a O Marco y la posibilidad de variar el Camino y meterlo por el paseo del Gafos, la respuesta es un tanto compleja de entender: «O momento idóneo para a modificación do actual trazado por unha ruta xunto ao río é cando se realiza a delimitación oficial e sempre dando audiencia aos concellos e tendo en conta as súas alegacións».

Quejas de los concellos

Tanto desde Pontevedra, por boca de Luís Bará -que como diputado llevó el asunto al Parlamento- como desde Caldas, por medio del alcalde, Juan Manuel Rey, criticaron la pasividad de la Xunta con respecto a la seguridad del Camiño Portugués.