Cómo combatir la baja autoestima

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Noemi Parga

Tres mujeres en situación de vulnerabilidad relatan su paso por un taller de Amigos de Galicia

21 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Zahra, Aatika y Edith son tres de las veinte mujeres que ayer asistieron en Pontevedra a un taller de autoestima de la Fundación Amigos de Galicia. Acceden a contar por qué participaron y si les ha servido para algo. En la sala Pontillón de la Casa Azul, Jessica Martínez, la integradora social de la fundación, explica que esta iniciativa -que se repetirá hoy con otras usuarias- está especialmente dirigida a mujeres en situación de vulnerabilidad por distintos motivos. «É verdade que nos obradoiros saen á luz moitos casos de maltrato, pero non só violencia de xénero, senón maltrato tamén por parte de fillos ou irmáns. Do que se trata é de que esas mulleres vulnerables, sexan vítimas ou non, saiban que hai saída, que hai recursos para saír desa situación e que non están soas», subraya Jessica Martínez.

Las tres son inmigrantes y cuentan que han sufrido en el pasado maltrato por parte de sus ya exparejas. Una situación de la que están saliendo, pero que les sigue marcando. Edith, que lleva 16 años en España, es de Nigeria. Hace cuatro años y medio se separó de su marido. «Asturiano», aclara. La llamaron de Amigos de Galicia y se apuntó al taller. «Yo sufrí maltrato, psicológico no físico, y llegas a pensar que son cosas normales cuando no lo son. El maltrato psicológico casi es peor que el físico porque no lo puedes demostrar y te sientes frustrada», dice en un perfecto castellano. El taller busca que las participantes sepan identificar la baja autoestima y dispongan de herramientas para sacar lo mejor de cada una y prevenir posibles situaciones negativas.

Aatika se siente «más tranquila» desde que su marido se fue a Marruecos. Ella, que vivió en Ribeira, reside ahora en Pontevedra con sus dos hijos, aunque lleva casi diez en España. El no tener familia aquí es una «dificultad añadida», por eso agradece el apoyo de la fundación. Además del taller de autoestima, Amigos de Galicia les ofrece un servicio de orientación laboral y la posibilidad de seguimiento de su caso, señala la integradora social. Al final de la actividad se les hace un test.

Zahra, también marroquí como Aatika, habla menos que sus compañeras -aunque lleva 22 años en España-. Pero su historia es similar. Afirma que también sufrió maltrato psicológico. «Esto no solo lo hay en mi país», remacha. Y en eso incide Jessica Martínez: «A violencia non é algo exclusivo dunha clase social ou dunha idade, tampouco dun país. No que hai que incidir é en que non é algo normal, senón algo que non se pode tolerar».

Uno de los ejercicios del taller insta a las asistentes a hacer públicas una o varias de sus virtudes ante el grupo. Aunque puede parecer sencillo, hubo quien no fue capaz de citar ninguna. «Por Zahra aínda estou esperando», bromea la integradora social. ¿Y qué virtudes tienen?, se les pregunta. Edith rompe el hielo: «Tengo paciencia, sé escuchar y soy trabajadora». Aatika se define como una persona «activa y cariñosa», y añade también «trabajadora». Zahra se lo piensa y su respuesta y sus ojos lo dicen todo: «Luchadora».

Edith sigue teniendo «problemas» con su expareja por el régimen de visitas de su hija. «La niña lo pasa mal y no quiere ir con él», desvela. Esta mujer, que está embarazada, trabajó un tiempo en una empresa de pollos. Prefiere un empleo en una fábrica que en la hostelería. El motivo, los horarios. Aatika, que cobra una renta de inclusión social (risga), trabajó como camarera de piso en Sanxenxo. «En verano mando a los niños a Marruecos con su abuela y yo aprovecho para trabajar. Pero este año los tengo conmigo», comenta. Le gusta ir al parque y a la playa con ellos.

Salir con amigas y pasear con su hija es la receta de Edith: «Encerrada en casa me deprimo». Las tres ven útil el taller y tras hora y media de intervención se van a casa queriéndose un poco más. Que no es poco.