Lores pierde la cuestión de confianza y la oposición tiene 30 días para articular una moción de censura condenada al fracaso

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, durante el pleno de este lunes en el que se sometió a una cuestión de confianza
El alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, durante el pleno de este lunes en el que se sometió a una cuestión de confianza Ramón Leiro

El PSOE ya anunció que no dará la alcaldía al PP, por lo que los presupuestos de Pontevedra se aprobarán automáticamente el 8 de febrero

08 ene 2024 . Actualizado a las 19:59 h.

El alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), perdió este lunes la votación por la que vinculaba la aprobación de los presupuestos para este año a una cuestión de confianza. El resultado de la votación fue similar a la del pleno de presupuestos, celebrado el pasado 29 de diciembre: a favor el BNG, en contra el PP y abstención del PSOE, por lo que el pleno retiró la confianza al alcalde. Ahora se  abre un período de 30 días para que la oposición municipal articule una moción de censura. Aparentemente, esta está llamada al fracaso, toda vez que el portavoz del PSOE reiteró en el pleno de este lunes que sus votos en ningún caso darán la alcaldía al PP.

Lores afirmó en el pleno que la consecuencia inmediata de no aprobar el presupuesto (94,7 millones de euros) será el «bloqueo da xestión municipal», ya que el último cálculo realizado por la Oficina de Xestión Orzamentaria e Contabilidade del Concello de Pontevedra eleva a 11,8 millones de euros la cantidad de recursos que hay que bloquear para afrontar obligaciones contables al prorrogar el presupuesto, situación que se mantendrá al menos durante el próximo mes. 

Tanto el PSOE como el PP acusaron a Lores de hacerse la víctima y restaron trascendencia a que se pueda prorrogar el presupuesto por segundo año consecutivo.

El más duro con la gestión de Lores fue el socialista Iván Puentes, que acusó al alcalde de «impoñer en lugar de dialogar» durante los primeros seis meses del mandato a pasar de gobernar en clara minoría  (9 concejales de 25). lamentó que al contrario de lo que sucedió en A Coruña, Lugo y Santiago, donde sí hubo negociación PSOE-BNG para aprobar los respectivos presupuestos, en Pontevedra esta vía haya resultado imposible por la negativa de los nacionalistas a aceptar el decálogo de propuestas planteado por los socialistas.

No obstante, Puentes reiteró, como ya había anunciado previamente, que no habrá moción de censura y que Lores seguirá al frente del Concello: «En 30 días terá aprobados os orzamentos, pero pola vía dos perdedores, e seguirá sendo alcalde». Ahora bien, se preguntó, «a partir de aquí ¿que? ¿Cómo pensa incorporar remanentes, aprobar os orzamentos nos próximos anos?». Puentes insistió en que el PSOE «mantén a porta aberta» a negociar el gobierno de Pontevedra o un acuerdo que dé estabilidad, «pero  non aplicando exclusivamente o programa do BNG».

Por parte del PP, Rafa Domínguez cargó contra los socialistas por mantener a Lores en el poder. «Ustedes le hicieron alcalde y ahora no solo le critican sino que le insultan llamándole cacique autócrata o mentiroso. Pero lo van a mantener en el cargo».El portavoz del grupo mayoritario de la oposición se reivindicó como líder de la lista más votada en mayo (11 concejales) e insistió en que la moción de censura sería posible «si Puentes no siguiera órdenes de Santiago».

Por el BNG tomó la palabra, además de Lores, la viceportavoz, Eva Vilaverde. esta alabó la «valentía» del alcalde por poner su cargo a disposición de  la corporación. «A valentía é fácil xogando coas cartas marcadas, xa que coñece o resultado de antemán», le replicó Puentes.

 En poco menos de dos horas remató un pleno que estuvo abarrotado de público: militantes del BNG y del PSOE, simpatizantes del PP, ambulantes y funcionarios que abarrotaron el patio de butacas del teatro principal, hasta el punto de que fue necesario habilitar la planta superior.

Las intervenciones, especialmente las de Lores y las de Vilaverde, sufrieron interrupciones a causa de los gritos desde el público, pero esta vez el alcalde, que hizo numerosos llamamientos a respetar a los representantes políticos, no llegó a suspender la sesión como sucedió el pasado 29 de diciembre.