El año arranca convulso

PONTEVEDRA CIUDAD

Una avería eléctrica provocó retrasos en los trenes en toda Galicia esta semana
Una avería eléctrica provocó retrasos en los trenes en toda Galicia esta semana XOAN A. SOLER

La marea de los pélets plásticos, los retrasos ferroviarios y el pico de las gripes conmueven la escena con las elecciones autonómicas del 18F como telón de fondo

14 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Este año 2024 ha comenzado convulso. En apenas dos semanas de enero hemos asistido a la confrontación institucional entre Xunta de Galicia y Gobierno de la nación a propósito de las responsabilidades respectivas con la «marea» de los pélets de plástico, de momento no equiparable al chapapote del Prestige, pero objeto de una grosera politización con las elecciones del 18F como telón de fondo. Del mismo modo hemos visto a un ministro autoproclamándose «rey mago», que promete los esperados trenes Avril para marzo a fin de acortar el tiempo de viaje entre Madrid y Pontevedra, mientras miles de viajeros padecen los retrasos cotidianos en el corredor ferroviario de cercanías. Asimismo, también volvió a inquietarnos la salud pública pues quien no ha tenido en su entorno familiar, laboral o de amistades a personas contagiadas por el bum de gripes que han producido saturación de urgencias y plantas hospitalarias.

Velada amenaza

Y, por si fuera poco, de propina, a nivel local, una última resultante de la crisis municipal de gobernabilidad, consistente en la velada amenaza de un recorte económico y programático del inminente Entroido pontevedrés. Verbalizada por un alcalde que sigue interpretando el papel de munícipe doliente al que no le han aprobado los presupuestos, en lugar de asumir su condición de minoritario y, por tanto, de buscar espacios de acuerdo con los dos partidos que representan al 56% de la ciudadanía.

Habrán de pasar semanas para que lleguen a esclarecerse responsabilidades una vez se desvanezca la grosera politización que rodea el asunto del vertido de toneladas de pélets de plástico que cayeron del contenedor perdido por el carguero Toconao. Hará falta tanto tiempo como el que haya de transcurrir hasta que afloren los miles de bolitas de polietileno hundidas en el Atlántico, a merced de Hipólito y otros temporales.

Para el ciudadano de a pie resulta imposible discernir quien lleva razón y cuánta en el enmarañado paisaje que nos pintan el gobierno central y el ejecutivo autonómico intercambiándose acusaciones sobre supuestas dejaciones de funciones. Existe una investigación judicial abierta por un juzgado de Noia, aunque por iniciativa de parte, motivada por una denuncia presentada por la candidata de Podemos a la presidencia de la Xunta. La jueza ha pedido colaboración a la Fiscalía para determinar si podría existir un delito medioambiental.

Pero me da la impresión de que el asunto le viene muy grande a un juzgado local y que, si ha de ser el poder judicial quien deba esclarecer esta enrevesada causa, sería más adecuado que por la magnitud del mismo y el alcance de los vertidos (también han llegado a Asturias y Euskadi) fuese la Audiencia Nacional quien asumiese semejante investigación.

Entretanto, el asunto planea sobre la campaña electoral y en inminentes sondeos veremos con qué efectos. Resulta evidentísimo que BNG y PSOE pretenden convertirlo en una ola a favor para derribar al PP, mientras Alfonso Rueda surfea para evitar que la onda menoscabe sus posibilidades de ganar con la mayoría absoluta que necesitará.

A mí me preocupa más el posible efecto negativo que tanto ruido puede generar sobre los intereses del sector pesquero y marisquero de Galicia. Las cofradías y demás productores responden con un mensaje de tranquilidad desechando posible toxicidad del vertido y redoblando los controles, mientras nos recuerdan que llevamos años conviviendo con mares de plástico en los océanos donde capturamos los diferentes recursos.

Trenes y realidades

La estampa reciente del ministro de Transportes llegando de sorpresa en la cabina de un nuevo Talgo 106 en viaje experimental acompañado de unos reyes magos, primero a la estación de Pontevedra y después a Vigo, para anunciar una quinta fecha para la dotación de los nuevos trenes Avril, ha sido una de las imágenes más electoralistas de estas primeras semanas. Óscar Puente vino a «vender» que los dichosos trenes que llevamos esperando desde hace tres años, «entrarán en servicio en marzo» para reducir a 3 horas y pico la duración del viaje entre Madrid y nuestra ciudad.

En Pontevedra, al igual que en el resto de poblaciones enlazadas por el corredor ferroviario atlántico, también agradeceríamos menos palabras y más hechos frente a los recurrentes retrasos y cancelaciones de trenes que afectan a numerosísimos usuarios. Por lo que tanto aquel como otros anuncios ministeriales, resulta imposible no encajarlos con escepticismo. La dignificación del servicio de cercanías en Galicia, que facilite el transporte de corta distancia como disfrutan otras comunidades, es tan importante como la foto que buscaba el ministro tuitero con la alta velocidad.

Al menos, en medio de tantos vaivenes, se alivia la presión asistencial al confirmarse en el área sanitaria Pontevedra-Salnés la disminución de la llamada «tripledemia». Se conoce así a la espectacular incidencia que tuvieron la conjunción del virus respiratorio sincitial causante de los numerosos casos de bronquiolitis, junto con los picos de gripes y también de covid, que abarrotaron las urgencias hospitalarias. La ampliación del período de vacunación hasta el 26 de enero y la reposición de las mascarillas en centros sanitarios, han sido dos medidas muy acertadas.