Seis locales gallegos que siguen apostando por un clásico que nunca falla
18 feb 2024 . Actualizado a las 18:44 h.Una tapa bien picante, aunque alguna más que otra, es la que ofrecen en estos locales en los que triunfa una receta tan de siempre. Desde las más clásicas a la versión más actual con toques cítricos, hay bravas hasta de premio en esta sabrosa ruta
Tapería Terra, Pontevedra
Ya no quedan muchos bares en Pontevedra que sirvan una buena ración de patatas bravas. Tiene que ser uno de los últimos en abrir quien vuelva a poner de moda una de las tapas por excelencia. Terra abrió sus puertas en A Pedreira a finales de octubre. Con su local devolvía el movimiento a una de las plazas que se habían quedado en silencio. Hoy sus patatas bravas y su platos tradicionales son un reclamo.
El nuevo Vilar 64, Santiago
Si hay unas bravas famosas en la capital gallega son las que hacían en Vilar 64. Sus famosas perlas bravas han sido premiadas a nivel nacional, todo un reclamo que sirvió para catapultar el gastrobar dirigido por Diego Negueruela y Antonio Ferreiro Barrios. «En este año y medio vendimos allí más de 20.000 perlas», dicen estos hosteleros, quienes están en pleno proceso de mudanza del negocio en este momento. El local de la rúa do Vilar ya se les quedaba pequeño para atender la demanda, por lo que han buscado otro con una cocina y sala más grandes no muy lejos de allí, en O Franco, donde no faltarán sus populares bravas y estarán disponibles a partir de marzo, calculan ellos.
Furna Atlántica, Caión (A Laracha)
Tanto sirven de entrante y para compartir, como para acompañar una cerveza o un vino y hasta una hamburguesa. Y no son necesarios los cubiertos. En este restaurante de Caión, una ventana al Atlántico, las patatas bravas son muy demandadas. Usan el mejor tubérculo de la zona, el de Coristanco. Y la salsa, a base de mayonesa, tiene «alegría», dice Alberto Cuenca, uno de los gerentes, para que «pique algo». Un poco de cebollino decora el plato, que cuesta 8 euros. Furna Atlántica sostiene un solete de la Guía Repsol.
Yebra Gastrobar, A Coruña
Fruto de la cocina canalla que David Yebra practica en el gastrobar que lleva su apellido en el paseo marítimo coruñés surgen unas patatas bravas de influencia libanesa (se conocen como batata harra) que no dejan indiferentes. Una vez fritas en cubos, las saltea con ajo picado y chiles rojos y verdes, les añade un chorro de zumo de limón para contrarrestar y las termina con cilantro. «No las hago muy picantonas para que sean aptas para todos los públicos», señala con cierta picardía. ¿Te atreves a comprobarlo?
Tapería Gaia. Celanova, Ourense
Patatas de A Limia, de variedad agria, y una salsa con diferentes picantes y una base de mayonesa son los ingredientes principales de la receta de bravas que la Tapería Gaia viene ofreciendo con éxito desde su apertura en Celanova en el año 2016. Era un plato que ya ofrecían en el local que tenían antes en Allariz, explica el gerente, Álvaro Rodríguez. Fríen las patatas y elaboran la salsa en la cocina de la tapería. No es muy picante, pero puede ser más intensa, con pimentón o cayena, según los gustos de los clientes. Es, sin duda, uno de los platos estrella de Gaia.
Restaurante Eduri, Lugo
En la ciudad de la Muralla romana, la gastronomía es un monumento más. El centro de la localidad presume de tapas y raciones cada semana, pero las bravas son el plato estrella solamente en lugares muy señalados. En el Restaurante Eduri, Iria, una de sus trabajadoras, afirma que su clientela «es muy fiel a este plato» y que «solo nos piden una cosa: que piquen». Allí, la receta de las bravas prescinde de aderezos. «Nuestra receta junta la sencillez con el carácter, porque unas buenas bravas no tienen que llevar más que salsa y patata», termina.