Primer paso para desmantelar el asentamiento chabolista de la calle Otero Pedrayo, en Pontevedra

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La asociación ecologista Vaipolorío alude a una orden judicial de un propietario

25 mar 2024 . Actualizado a las 18:16 h.

«Unha boa nova, xa o creo». Con estas palabras se refería el presidente de la asociación ecologista Vaipolorío, Gonzalo Sancho, al posible desmantelamiento del poblado chabolista de la calle Otero Pedrayo de Pontevedra, enfrente del albergue de peregrinos público. Como tantos días, el miembro de Vaipolorío estaba paseando por la zona y se fijó en que estaban los enseres y todo el material recogido. Esa circunstancia le llamó la atención porque contra este foco cercano al puente de O Couto llevaba batallando la asociación desde hace más de diez años. En algún momento lo hizo de forma conjunta con la Asociación de Amigos do Camiño Portugués a Santiago.

«Chamoume a atención que estivera todo recollido, non hai a infravivenda nin autocaravana. Caseta non hai. Había unha tea cubrindo a antiga entrada e algúns poderían estar do outro lado do río, pero neste lado nada. Si hai un colector cheo de mantas, táboas e demais», explicaba Gonzalo Sancho a primera hora de la tarde de este sábado. Desde Vaipolorío no tenían ninguna notificación de alguna actuación por parte del Concello de Pontevedra o de Augas de Galicia. Sí llamaron a la Policía Local para preguntar, pero les trasladaron que si no había ningún incidente no se podían acercar. 

A preguntas de La Voz, un portavoz del gobierno local comentó que en el Ayuntamiento no tenían constancia del desmantelamiento del poblado chabolista de Otero Pedrayo. Un tiempo después era el propio Gonzalo Sancho quien daba una pista de lo que podía haber ocurrido para que retiraran la caseta y demás material y chatarra de la zona. Al parecer, según le comentaron varias personas de etnia gitana que estaban por el lugar, la decisión se tomó tras comunicarse una orden judicial del propietario de los terrenos. Un extremo que Vaipolorío no pudo confirmar totalmente. Hace diez años, la asociación había impulsado una reunión con vecinos y propietarios de fincas ocupadas o lindantes con el asentamiento. Se trataba de buscar una alternativa a un problema medioambiental, pero también social.