Aduanas investiga si una empresa de turismo de Sanxenxo pagó su sede en negro

La Voz LUGO / LA VOZ

SANXENXO

Esta compañía está vinculada a la familia Troncoso, la misma que posee el turoperador InterRías que presuntamente entregaba dinero en B al grupo Monbus

29 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El equipo de Vigilancia Aduanera que trabaja en la operación Cóndor investiga si los responsables de Fianteira Turismo S. L., de Sanxenxo, utilizaron dinero negro para las nuevas oficinas que están montando. Esta empresa está vinculada a la familia Troncoso, la misma que posee el turoperador InterRías que presuntamente entregaba dinero en B al grupo Monbus, del magnate del transporte Raúl López.

Las primeras investigaciones apuntan a que las nuevas dependencias podrían haber sido sobrevaloradas. Serían tasadas en unos tres millones de euros cuando realmente valdrían tres veces menos. La investigación alcanza también a otra inversión: la piscina del hotel Astur, vinculado con las empresas que investiga la jueza De Lara.

La Cóndor arrancó porque en el registro efectuado en la casa del exalcalde de Santiago, Gerardo Conde Roa, imputado en la Pokémon, apareció abundante documentación relacionada con InterRías. Después, el exregidor fue aportando paulatinamente más. Al revisar la documentación, Aduanas apreció que en InterRías manejaban grandes sumas procedentes de la venta de paquetes de excursiones de las que, supuestamente, ni había factura ni tique. Incluso hubo control a las guías, alguna de las cuales manifestó que entregaban el dinero en metálico y que iba directamente a la caja fuerte de la empresa. Ese dinero iba para pagar no solo a Monbus, sino a otros proveedores. Supuestamente esas operaciones se basarían en facturas falsas.

Asesorías

La investigación también afecta a las asesorías que prestaban asistencia al turoperador para determinar si consintieron la existencia de facturas falsas. Otro de los aspectos que está en fase de seguimiento es el relativo a presuntos desvíos de dinero por parte de InterRías al club de baloncesto Obradoiro de Santiago. Las conversaciones y los documentos hallados en el registro efectuado por vigilancia Aduanera en la sede del club así lo revelarían, según algunas fuentes.