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La plataforma de Jay Z se descalabra

iker cortés MADRID / COLPISA

OCIO@

Tidal no gana adeptos y su aplicación se hunde en el ránking de descargas

11 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Era un movimiento arriesgado. Plantar cara a la todopoderosa Spotify se antoja difícil si se tiene en cuenta que la plataforma de música en la nube cuenta con 60 millones de usuarios activos, de los cuales quince millones pagan cada mes por escuchar las canciones sin anuncios publicitarios.

Quizá porque lo que no le falta a Jay Z es dinero o porque entendió que con el apoyo de varios artistas su apuesta por el streaming se consagraría a velocidad de crucero, el rapero se lio la manta a la cabeza y, previa adquisición de la compañía sueca Aspiro por 50 millones de euros, relanzó el pasado 31 de marzo su servicio Tidal.

La particularidad de Tidal reside en que, además de un servicio con una calidad similar a Spotify por 12,99 euros al mes, cuenta con una suscripción de 25,99 euros mensuales que ofrece sus 25 millones de canciones en alta calidad y a 1.411 kilobits por segundo, frente a los 320 kilobits por segundo habituales del resto de plataformas. Además, cuenta con 75.000 videoclips en alta definición y contenidos editoriales «confeccionados por expertos», según se apunta en la página web.

Con la tecnología ya preparada, la idea era irrumpir con fuerza en el mercado, con una puesta en escena que pusiera a los artistas en el centro del foco. «A lo largo de la historia, cada movimiento comenzó con unos pocas personas unidas por un visión en común, una visión para cambiar el statu quo». Con este mensaje revolucionario comenzaba la declaración de principios que 16 artistas firmaron el pasado 30 de marzo, todos ellos copropietarios del servicio, cada uno con un 3 %. A saber, la esposa del rapero, Beyoncé, Jack White, Chris Martin, Daft Punk, Alicia Keys, Calvin Harris, Win Butler y Régine Chassagne, de Arcade Fire; Kanye West, Jason Aldean, J. Cole, Madonna, Micki Minaj, Rihanna, Deadmau5 y Usher. Las celebridades vendieron la plataforma como la única que estaba bajo el control de los artistas y no de un intermediario. Cabe recordar que músicos como Thom Yorke, de Radiohead, y Taylor Swift ya criticaron los pocos márgenes que Spotify pagaba a los artistas y retiraron parte de su discografía.

Pero a Tidal no le ha salido del todo bien la jugada. Inmediatamente, otros artistas empezaron a criticar el servicio. Lily Allen, por ejemplo, afirmó que la plataforma era demasiado cara comparada con sus competidores. «Ha cogido a los mayores artistas y los ha hecho exclusivos de Tidal, ¿no es cierto? La gente va a volver a las páginas de piratería derivando tráfico a los torrents», afirmó en Twitter.

Propiedad de los artistas ricos

Marcus Mumford, líder de Mumford & Sons, explicaba en una entrevista ofrecida a The Daily Beast que la banda no se hubiera unido al servicio aunque se lo hubieran propuesto. Iba más allá: «Cuando dicen que esto es propiedad de los artistas, en realidad se refieren a los que son ricos». El líder de Death Cab for Cutie, Ben Gibbard, es de la misma opinión: «Si yo fuera Jay Z, hubiera traído diez artistas independientes y hubiera dicho ?estas son las personas que están luchando por sobrevivir en la industria musical hoy en día?».

Al hilo de las críticas, Jay Z intentó reconducir la situación. En primer lugar, lanzó la sección Rising para dar a conocer artistas noveles. Posteriormente trató de defender Tidal en Twitter, asegurando que ya cuentan con «770.000 suscriptores» y que paga «el 75 % de los royalties a todos los artistas, autores y productores, no solo a los fundadores». En apenas un mes, la aplicación para iOS se ha hundido en el top de descargas, pasando del puesto 23 del ránking mundial al 872. El hecho de que no disponga de un servicio gratuito, como Spotify, y de que la música en alta fidelidad consuma muchos más datos y requiera de 4G para su funcionamiento ha tenido que ver en el descalabro. Pese a todo, Jay Z recuerda que «a Spotify le llevó nueve años ser exitoso».