Vuelo mecido sobre A Quintana

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

La brisa complicó las arriesgadas acrobacias del grupo Alas Circo

23 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las acrobacias al aire libre tienen su riesgo, especialmente cuando sopla el viento. La brisa que ayer refrescó a los peregrinos a su llegada a Santiago fue protagonista también al otro lado de la catedral. Allí actuaba Alas Circo, una pareja de artistas andaluces que ofrecían su tercera función en las calles de Compostela. Se despedían con su espectáculo más laureado, El espejo, con el que consiguieron el ingreso de la compañía en la programación cultural de numerosas comunidades autónomas. Ofrecen una combinación de mimo, juegos malabares y acrobacias en suelo y aire que ayer tuvieron una dificultad añadida: las ráfagas de viento que se levantaron en A Quintana para boicotear el montaje, salvado con maestría, improvisación y una amplia sonrisa por Juan Manuel Sánchez y Txus Buffa.

La brisa hizo su primera jugarreta tirando al suelo el perchero que utilizó él durante la primera parte del espectáculo. Pocos se percataron en el momento, pero enseguida volvió a soplar para complicar los juegos malabares, realizados con mazas. Se les cayeron varias veces, pero eso sucedió en buen momento, pues mucho peor hubiera sido que el viento desviara la trayectoria cuando sacaron a escena a una niña del público que hizo las veces de red mientras las mazas volaban por encima de ella.

Eran ya las ocho cuando la argentina Txus Buffa, toda una muñeca, inició sus acrobacias a cinco metros de altura sobre un aro, un trapecio y unas telas. Dibujó un sinfín de figuras en el aire mientras sonaba de fondo la rítmica melodía de un piano. Y dejó que la brisa acunase su vuelo y la columpiase, mecida por los aplausos de cientos de espectadores.

Lo único que se le resistió a la artista fue su hijo, León, que, sentado junto a otros niños del público, se negó a salir a escena, lo que aprovechó otra pequeña que levantó la mano de inmediato en primera fila. «Si el mundo es redondo nos volveremos a encontrar», se despidió Buffa. Esperemos que soplen vientos mejores la próxima vez.