El pinchazo de las terrazas es el único pero del sector a este verano

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Las aglomeraciones de turistas durante el día van diluyéndose a lo largo de la jornada hasta casi desaparecer por la noche.
Las aglomeraciones de turistas durante el día van diluyéndose a lo largo de la jornada hasta casi desaparecer por la noche. estrela alonso< / span>

Los hosteleros nocturnos dicen que la ciudad se vacía después de las diez

26 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Agosto está siendo un buen mes para los restauradores de Santiago. Al menos, según el muestreo realizado ayer, los restauradores se muestran satisfechos con la afluencia de visitantes que están teniendo sus establecimientos durante este mes. No hay grandes diferencias entre la valoración hecha por los responsables de establecimientos situados en el corazón del casco histórico y la que hacen otros algo más alejados del epicentro turístico.

En el café Leis, de Basquiños, que también tiene hospedaje, están contentos. «Tenemos peregrinos y cuando se van unos, vienen otros. Está siendo un buen mes». En La Tita (Rúa Nova) reconocen que trabajan «bien al mediodía y también de noche» y lo mismo ocurre en la Bodeguilla de San Roque, donde el verano está siendo «razonablemente» bueno e incluso «mejor que el año pasado». En A Curtidoría (Fonte Sequelo) tampoco ven diferencias, en cuanto a número, entre los comensales de mediodía y noche, pero sí en el perfil del cliente. «Al mediodía son más familias con niños y por la noche más parejas y amigos, sin niños». En el Abastos 2.0 «más o menos hay lo mismo y se está trabajando bien de día y de noche».

En lo que vienen a coincidir muchos de los restauradores consultados es en la impresión de que la ciudad se vacía por la noche. A partir de las diez o diez y media «Santiago parece otra ciudad», comentó un restaurador de la zona vieja, y todo el gentío que la desborda durante el día se va retirando hasta casi desaparecer incluso antes de la medianoche.

En los establecimientos del Franco y A Raíña hay opiniones para todos los gustos. En general, reconocen que la afluencia está siendo alta e incluso muy alta al mediodía y un poco más relajada por la tarde. En uno de los bares-restaurantes asegura que, de día, se pide más plato, mientras que por la noche se trabajan más las tapas. Todo ello porque el tipo de cliente es distinto: más familias al mediodía que por la noche.

Un hostelero del Franco apuntó que «se trabaja mucho, más que otros años, pero los ingresos no serán mejores porque se gasta poco». En un local de la Rúa do Vilar se sorprendieron incluso con la petición de una pareja, que pidió compartir un plato combinado. En algunos supermercados también están notando este año la presencia de más peregrinos y turistas, que acuden a comprar pan y embutidos para las cenas. Una práctica que ya se producía otros años, pero que este verano llama la atención.

La clientela de este mes de agosto, según los restauradores, está siendo muy variada. Dentro de los extranjeros, los italianos y franceses son mayoría aunque también han llegado numerosos alemanes haciendo el Camino. En este última quincena, los restaurados esperan clientes nacionales y, sobre todo, esta última semana confían en que regresen los compostelanos que se fueron de vacaciones y vuelven a casa dispuestos a gastar algo del presupuesto vacacional en la ciudad.

Por otro lado, las que no levantan cabeza este verano son las terrazas. La mayoría de los establecimientos coinciden en que este verano ha sido malo para el «terraceo», porque no ha sido posible encadenar días de buen tiempo. Han funcionado «más o menos bien» por la mañana y al mediodía, pero no ha habido noches de terrazas como las del pasado año. En esto ha influido tanto el mal tiempo como el hecho de que hay menos gente.

«Agosto está funcionando razonablemente bien, mejor incluso que el pasado año»

Javier Míguez

«Se trabaja más o menos igual. Al mediodía hay más familias con niños y por la noche menos»

A Curtidoría