Lavacolla cree que se ocultó a Merkel el abandono del Camino

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Los vecinos piden recuperar lugares clave recogidos en el Códice Calixtino

28 ago 2014 . Actualizado a las 11:41 h.

«Lavacolla es de los pocos lugares que se citan expresamente en el Códice Calixtino», sostienen desde la Asociación de Veciños Ruta Jacobea para defender la «riqueza y belleza del tramo compostelano del Camino de Santiago». Especialmente molestos por el hecho de que la canciller alemana peregrinara «solo hasta el hito que marca el inicio del tramo compostelano», los vecinos creen que esta decisión está vinculada al «abandono» en el que se encuentran los «cinco o seis kilómetros que discurren por nuestra parroquia».

Manuel Salvado, presidente de la asociación, considera que «la etapa más bella de los últimos kilómetros es la de la parroquia de San Paio de Sabugueira, pero por su lamentable estado y descuido es de las peores etapas que se pueden hacer hoy mismo». El portavoz vecinal explica que «con un poco de atención se podrían vender los lugares emblemáticos» de la zona y «con una sencilla señalización e información» los peregrinos descubrirían que «la aldea de San Paio conserva perfectamente la estructura medieval, algo que ahora es desconocido». En esta aldea se adecentó el entorno de la capilla, «casi siempre cerrada», pero se dejó «a su suerte, una fuente situada a 30 metros, invadida de maleza». Si la capilla de San Paio suele estar siempre cerrada, los peregrinos se sorprenden al encontrar la puerta cerrada de la iglesia de Lavacolla, «que solo abre para las misas». A solo cien metros, Salvado está seguro de que «ya pocos compostelanos saben que allí estaba el campo de concentración de la Guerra Civil y que bien podría ser otro reclamo para que los peregrinos, al llegar a Santiago, vean algo más que maleza y lodazales». El pazo de San Xordo, del siglo XVIII, es «un ejemplo de la arquitectura señorial de la época que también pasa desapercibido por la falta de rotulación».

El portavoz vecinal explicó que a 400 metros de la iglesia de Lavacolla, en el paraje de As Pontes, se localiza «el sitio donde supuestamente según el Códice paraban los peregrinos para lavarse y tirar sus ropas antes de entrar en Santiago». Sugiere que este regato, formado por la confluencia de dos ríos, podría adecentarse para facilitar el baño y «trabajar para intentar recuperar la tradición».

Especialmente «lamentable» es la «falta de atención al Castro de Mendes, situado a 300 metros del paraje de As Pontes, en una finca particular». Salvado propone que el Concello solicite al Banco de Terras las fincas sobrantes de la parcelaria para «para permutar con el dueño de la finca del castro». El portavoz vecinal cree que «acondicionar el castro para que los peregrinos y turistas vean como era la vida castrexa sería un reclamo».

A lo largo de este tramo, Salvado llama la atención sobre el molino de Porras «restaurado hace 17 años y ahora bajo la maleza», como ocurre con la fuente de Vilamaior, «un paraje natural en medio de la aldea» también devorado por la hierba.