El Concello pide a San Pedro que valore la obra al final de septiembre

maría segade / j.c. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sánchez-Brunete confía en que todo funcione con la ciudad en marcha

31 ago 2014 . Actualizado a las 23:05 h.

Tres semanas lleva abierta al tráfico la rúa San Pedro. Veinte días para «acostumar a mirada á nova imaxe do barrio», como ha dicho el concejal de Tráfico, Alejandro Sánchez-Brunete. El Concello valora «positivamente» el acabado de la obra y sostiene que hasta que no se inicie la actividad del curso académico y la vuelta al trabajo masiva «non se pode facer una valoración». Los vecinos sí han hablado.

Carga y descarga

Se mantendrán dos zonas. Los comercios dicen disponer de poco espacio para la carga y descarga. Actualmente hay dos zonas. Una en la entrada da Porta do Camiño, en la parada del bus, y otra en la rúa do Medio, que se mantiene desde las obras. Por la abundancia de locales hosteleros aprecian sus dueños que tampoco son lo suficientemente grandes. A veces causan retenciones en el tráfico al coincidir con el transporte urbano. Los horarios tampoco se respetan. El reparto establecido de 7 a 10.30 horas se alarga durante el día e incluso en zonas que no le corresponde. La falta de bolardos en la esquina del bar O Mosquito alimenta la pillería de los transportistas que aparcan para dejar los pedidos. El Concello considera que el espacio es suficiente y no plantea hacer ninguna remodelación.

colectores subterráneos

No son viables. Seguirán los tres contenedores de Urbaser en la praza de San Pedro, junto a la iglesia. En el proyecto se barajó incorporar unos subterráneos, pero la estrechez de las fachadas provocaría la colisión del nuevo servicio con la red de agua y gas, lo que impidió el desarrollo. Aún así, se desconoce por qué ninguno es de reciclaje, ya que las tiendas aseguran que cartón y papel son los deshechos que más generan.

bicicletas

Más carteles. Los ciclistas continúan bajando pese a los dos carteles que lo prohíben y los vecinos ya comentan, a modo de anécdota, a quién le ha tocado «el atropello del día», dicen en el bar A Moa. El último, el camarero del Rodeiro mientras servía la terraza, «con vuelo de bandeja y café incluido». Sánchez-Brunete promete «mellorar a sinalización. É un problema máis ben estival, e coa chegada de setembro baixará a afluencia». Poner un guardia que multe a los velocipedistas está totalmente descartado, pero aseguran tener la calle controlada «dende a oficina da policía local con cámaras», explica el concelleiro.

Autobuses

No hay riesgos. Las seis líneas de autobús pasan con normalidad, aunque pisando espacio de la acera. A Xuntanza propondrá que Tragsa u otra empresa facilite «uns vehículos de menos de dez metros de largo que non fagan esa manobra, coma hai noutras cidades históricas». El Concello no ve necesaria tal medida ya que «os condutores son profesionais, van a 20 quilómetros e sube a beirarrúa virtual». Pese al respeto de los autobuseros, habituales de la calle, aseguran que los coches pasan «mangados» por la tarde-noche.

Material urbano

En el aire. Las zonas sin bolardos se reservan para jardineras. O eso indica la tiza roja del suelo que utilizaron los operarios. Mientras, los particulares aparcan unos minutos para pequeños recados. Sin saber si se pondrán seguro, también está en el aire un semáforo en el cruce de peatones del medio de la calle, según comenta la asociación de vecinos de amigos de San Pedro. El Ayuntamiento no ha dado más explicaciones sobre lo que incorporarán, cuándo y dónde. Aprobado raspado por ahora por parte del barrio, ya que además el principal motivo de la remodelación que era que la rúa dejara de ser un atajo viario, no se está consiguiendo. La gente no quiere rodeos.