Los jóvenes talentos del festival Peregrinos Musicais abrieron su primer recital con un programa dispuesto a romper fronteras
22 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Las relaciones entre Rusia y Europa no pasan por sus mejores momentos en el ámbito político, pero la música hizo que caminaran juntos en el primer recital del festival Peregrinos Musicais. Ocho de los jóvenes talentos de la música clásica seleccionados este año por el encuentro internacional, cuatro rusos y cuatro gallegos, estrecharon lazos en una gala inaugural que acogió ayer el Principal.
El grupo procedente de las fundaciones Rostrópovich y Spivákov de Moscú interpretó un repertorio que repasó a los grandes compositores rusos, como Chaikovski o Balákirev; mientras que los artistas gallegos se centraron en los maestros europeos. Las actuaciones individuales de cada grupo se fueron intercalando y contaron con el acompañamiento de dos consolidados pianistas, uno de Holanda y la otra rusa. Esta última, Maria Zaitseva, compartió escenario en un dúo con chelo con su hija (también llamada Maria Zaitseva). Hubo colaboración ruso-europea incluso en la presentación, a cargo de la concejala María Antón y la directora del festival, la pianista rusa afincada en Santiago Ilona Timchemko. Y la música volvió a romper fronteras.