Buenas experiencias de capital gastronómica

Ú. MACIEIRA / E. FORJÁN

SANTIAGO

Paniego (derecha) disfrutó de un chuletón de buey en Negreira.
Paniego (derecha) disfrutó de un chuletón de buey en Negreira. forxán< / span>

23 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

1Compostela Gastronómica convierte a la ciudad en capital del buen comer. Tradición, imaginación, filosofía e innovación caracterizan muchos de los platos que elaboran grandes maestros de la cocina. Ayer fueron ponentes el riojano Francis Paniego, el vasco Diego Guerrero, el coruñés Luis Veira y los locales Alén Tarrío, José Antonio Brenlla, Siro González y Manuel Oliveira. El restaurante Acio de Santiago preparó además una cena a base de nueva cocina y vinos de Galicia.

Catas de café

2La empresa gallega Cafés Candelas ofreció un taller con gran acogida. José Manuel Portela, su responsable de formación, habló del café como «semilla de la nueva cocina», y de las técnicas del latte art, con las que los baristas tratan la leche y realizan creativos dibujos en el café. La ponencia finalizó con la elaboración del combinado Supra Campus Stellae, diseñado para este encuentro.

También en Negreira

3 Antes de su participación en el Compostela Gastronómica, el riojano Francis Paniego no quiso perderse la recomendación del gran chef de la cocina vasca de autor, Juan Mari Arzak. «Si vas a Galicia, tienes que acercarte a Casa Barqueiro, en Negreira, y prueba el chuletón de buey», le dijeron. Dicho y hecho. El domingo por la noche, recién llegado al aeropuerto de Lavacolla, al creador en el año 2002 del restaurante de alta gastronomía El Portal de Echaurren y, que este año acaba de obtener su segunda estrella Michelin, desembarcaba en el Val de Barcala de la mano de los hermanos Rogelio y Fran Rial, y con un invitado de lujo como Manuel García, del Retiro de A Costiña. A Francis Paniego le encantó degustar unas almejas y unas navajas a la plancha, o unos pimientos de Padrón, pero en Casa Barqueiro le esperaba el último gran chuletón de buey -que no de vaca vella-, guardado para una ocasión especial como la visita de uno de los llamados discípulos de Arzak.