El Auditorio celebra con música sus 25 años

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

18 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

No podía ser de otra forma. El Auditorio de Galicia celebró sus 25 años de historia con música y en familia. La Real Filharmonía de Galicia ejerció de justa anfitriona en un simbólico recital conducido por el director titular de la orquesta santiaguesa, Paul Daniel. Cerca de mil personas, entre las que se encontraba la parroquia habitual de abonados y muchas caras conocidas, disfrutaron de una actuación adornada por varios detalles para conmemorar una fecha tan especial.

Al inicio del concierto Daniel dio un pequeño discurso, rompiendo la tónica habitual. «Boas noites», comenzó, para continuar en inglés una introducción traducida por su violonchelista Barbara Switalska. Tras agradecer la asistencia, el director de la Real Filharmonía señaló que el concierto especial por el aniversario del Auditorio no celebra su pasado sino su futuro y las muchas actuaciones que albergará en los próximos años. Se escogió para la ocasión un programa de tres obras que en su momento miraron hacia el futuro y dieron un paso al frente para la creación musical.

Entre las caras destacadas del patio de butacas se encontraban el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, sentado en el bloque central junto al exconselleiro y alcalde de Santiago Agustín Hernández. Pero más allá de la fila 17, se encontraba también un grupo de miembros del Tribunal Constitucional que estos días asisten a un encuentro de carácter internacional. El presidente y vicepresidenta españoles, Francisco Pérez de los Cobos y Adela Asua, disfrutaron del recital junto a otros homólogos de países como Italia y Portugal.

Todos, altos cargos y pueblo llano, se encontraron en sus respectivos asientos una tarjeta de agradecimiento que rezaba al final «esperamos seguir contando con vostede nesta viaxe cultural que comezou aquel 20 de outubro de 1989». También el pianista estadounidense Nicholas Angelich -que acompañó como solista invitado a la Real Filharmonía interpretando una pieza de Chopin- hizo su propio regalo al público, al que brindó un bis de regalo. En el descanso del programa el brindis fue con el champán de albariño Mar de Frades y Pedras de Santiago. Y al son de la renovadora Sinfonía nº 3 de Jean Sibelius se despidió el cumpleaños musical del Auditorio, que vibró en un sentido aplauso final. Uno de muchos más que vendrán.