Un padre de Arzúa se enfrenta a cinco años de cárcel por falsificar las notas de su hijo

La Voz

SANTIAGO

Arzúa

El acusado, funcionario de instituto, habría alterado las calificaciones para aparentar que aprobó Bachillerato y así poder solicitar plaza en un ciclo superior

26 nov 2014 . Actualizado a las 15:24 h.

La presunta modificación de las calificaciones de su hijo a través de una aplicación informática podría acarrearle a un padre de Arzúa una pena de hasta cinco años de prisión. El fiscal, que lo acusa de un delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por funcionario público en el ejercicio de sus funciones, también solicita el pago de una multa de 9 euros diarios durante veintes meses, así como la inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas por seis años. El acusado, J.C.M.P., un funcionario de carrera con destino en el IES de Arzúa, habría modificado, presuntamente, a través de un programa informático de la Consellería de Educación (XADE, Xestión Académica das Ensinanzas) y valiéndose de la clave de acceso que por su condición de empleado público le había sido asignada, las notas de su hijo. Con ello buscaba aparentar que había aprobado Bachillerato y poder solicitar así plaza en un ciclo formativo de grado superior.

Según el escrito de la acusación al que ha tenido acceso La Voz, el imputado habría sustituido las calificaciones reales de su hijo para simular que había aprobado los dos cursos de Bachillerato (en la modalidad de Ciencias de la Naturaleza y Salud) durante los cursos 2007-2008 y 2008-2009 cuando, en realidad, repitió en dos ocasiones el primer curso de esta etapa educativa sin llegar a superarlo. El padre incluso reflejó en el programa que su hijo había superado todas las asignaturas en primera convocatoria con una nota media final de 6,5.

El imputado habría expedido dos certificaciones académicas con fechas del 7 de mayo y del 21 de junio del 2010 en las que se hacía constar que la Secretaría del I.E.S. de Arzúa confirmaba las calificaciones. La supuesta falsificación habría pasado inadvertida para la dirección del centro al serle entregadas las certificaciones por el propio acusado, o por un tercero, en el lote correspondiente para firmar. El escrito de acusación aclara que el padre llegó incluso a expedir una copia de la certificación y a estampar en ella un sello de compulsa imitando la firma de una de las funcionarias del instituto de Arzúa.

El padre, originario de esta localidad coruñesa, consiguió de esta forma que su hijo accediese al Primer Curso de Grado Superior de Eficiencia Enerxética e Enerxía Solar Térmica, que el joven cursó en el I.E.S. Cruceiro Baleares de Culleredo. Estos estudios los abandonaría al curso siguiente, en febrero del 2011.

Tras esta renuncia, el acusado habría vuelto a confeccionar una nueva certificación académica en calidad de Secretario, que también fue firmada por error por el entonces director del centro arzuano. En este informe se reflejaban idénticas circunstancias a las contenidas en la certificación del 2010 con la finalidad, nuevamente, de que su hijo pudiese cursar el primer año de otro ciclo de formación, en este caso el de Profesional de Animación de Actividades Físicas y Deportivas en el I. E.S. Universidade Laboral de Culleredo.

El caso, procedente del juzgado de Instrucción número 1 de Arzúa, iba a ser juzgado este jueves en la Audiencia Provincial de A Coruña pero debido a problemas del abogado de la defensa ha quedado aplazado hasta febrero del 2015.