La víctima: «Era mi amiga, lloré en su hombro»

La Voz

SANTIAGO

27 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Además de la acusada, en el juicio que ayer se inició en la sección sexta de la Audiencia Provincial declararon como testigos la que era su pareja en el momento de los hechos, que se acogió a su derecho a no testificar alegando que seguía siendo su novio, así como el matrimonio que vivía con su hijo pequeño en el piso que presuntamente incendió Mouzo Díaz.

El hombre, primo de la pareja de la acusada, fue el que halló la garrafa supuestamente utilizada para incendiar la casa y su intervención se centró en ese asunto. Explicó como el día 9 de septiembre del 2013 accedió a su vivienda con una linterna porque es un bajo y estaba muy oscuro y, tras la puerta de la entrada, vio una bolsa de la gasolinera de San Caetano. La cogió, comprobó que dentro había una garrafa de plástico, la dejó de nuevo en el suelo porque entendió que era una prueba del delito y llamó a la policía, que se presentó de nuevo en el piso e hizo fotos para añadir al informe.

Más desgarrador fue el testimonio de su esposa, que por varias veces no pudo contener las lágrimas al recordar los hechos. La mujer explicó que tenía desde hacía tres años una muy buena relación con la acusada y que era «de confianza» para ella. «Era mi amiga, conmigo siempre estuvo muy bien», explicó.

Respecto al día del incendio, declaró que, tras el incendio, María Inés Mouzo llegó «recién duchada» a la calle del Pexigo, donde viven, «me abrazó y yo hasta lloré en su hombre, ¿sabes?, como una amiga», afirmó a preguntas de la fiscal e inmediatamente después se echó a llorar. Cuando recuperó al aliento añadió: «Me dijo tranquila, ya verás como los cogen». En aquellos momentos no sospechó de ella hubiese provocado el fuego. «Lo que menos me esperaba yo es que fuera ella», incidió.

La mujer fue tajante al explicar que la acusada había estado muchas veces en su casa y que, por tanto, conocía de sobra su distribución y que el primo de su marido tenía una copia de las llaves del piso, extremo que en su declaración dijo no recordar Mouzo Díaz y, eso sí, negó que ella las hubiese cogido para abrir la puerta de la casa. También relató como, tras unos días en los que la acusada estuvo todos los días junto a ellos, llevándoles ropa y juguetes para su hijo, un día su marido le contó que su primo le había dicho que María Inés le había confesado el delito, por lo que se fueron a la policía.