Detienen a un toxicómano por sustraer un coche y nada más quedar libre roba en una cafetería

X. M. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Tiene 54 años de edad y un rosario de antecedentes por delitos contra el patrimonio que hacen que sea un viejo conocido en la comisaría compostelana

22 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El último detenido de la Policía Nacional por robo tiene 54 años de edad y un rosario de antecedentes por delitos contra el patrimonio que hacen que sea un viejo conocido en la comisaría compostelana. Un lugar al que su adicción a las drogas le lleva con cierta frecuencia porque cuando necesita consumir delinque sin control. Buena prueba de ello es que fue arrestado el pasado domingo por sustraer un coche en el Ensanche y dos días más tarde, nada más quedar libre, entró a robar de madrugada en una cafetería del barrio de Vista Alegre.

Como la mayoría de este tipo de delincuentes, este toxicómano acostumbra a actuar al descuido. El vehículo que se llevó en el Ensanche tenía las llaves puestas. Su propietario se entretuvo un momento cerrando un local de su propiedad que está en la zona y cuando se quiso dar cuenta el ladrón escapaba al volante de su coche.

Dos días después, el pasado martes, un cliente habitual de una cafetería de Vista Alegre vio salir a toda prisa del local al arrestado. Como no lo conocía de nada sospechó y llamó a la policía, a la que ofreció una completa descripción física del individuo.

Los agentes que se presentaron en el lugar peinaron la zona y, gracias a los detalles facilitados por el cliente del bar, no tardaron en encontrarle en las inmediaciones. Había llamado a un taxi para que lo trasladase a comprar sustancias estupefacientes. Cuando los agentes lo detuvieron llevaba encima los cien euros que presuntamente se había llevado de la cafetería, así como otros efectos que provenían del mismo establecimiento.

Este delincuente habitual fue puesto nuevamente a disposición judicial, pero la Policía Nacional advierte que la mejor manera de evitar problemas es tomar precauciones y no ser «víctimas fáciles» de los descuideros.