Dulkys ha sido el último en llegar al equipo, pero parece que llevase meses a las órdenes de Moncho Fernández
06 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Hay un antes y un después de la llegada de Deividas Dulkys al Obradoiro. Aterrizó un viernes en Compostela, jugó el domingo en Manresa y el equipo firmó la primera victoria del curso. Desde entonces han fraguado otras tres. Y dos derrotas en las que tuvo sus opciones, especialmente en Sar frente el Gran Canaria. Se subió al tren en marcha y no ha tardado en encontrar su sitio ni en hacerse hueco entre las preferencias de la afición.
Sería injusto achacar el cambio, única y exclusivamente, a la aportación del alero lituano. Porque son muchos los detalles que suman en la misma dirección.
Los balones que queman
Pero no hay duda de que tiene mucho que ver en la progresión. Le precedía la fama de buen tirador (no en vano, es el tercero en el ránking de triplistas de la Universidad de Florida State), y se está revelando también como un notable pasador y como uno de esos jugadores que se crecen cuando la ruleta entra en los últimos giros y el crupier dice aquello de rien ne va plus.
En Murcia no estaba teniendo uno de sus mejores días. De hecho, acabó con ocho puntos, dos rebotes y una asistencia. Pero prendió la mecha del 0-9 que le dio la vuelta al partido en los dos minutos del final, con un triple y una bandeja. Y es el que se llevó el balón que pierden entre Campazzo y Faverani.
El último cuarto del sábado frente al Joventut es para guardar y recrear. En diez minutos anotó los mismos puntos que el equipo rival, doce. Pero con mejores porcentajes. De camino al vestuario, tras el partido, tuvo ocasión de celebrarlo con un niño, muy a la americana. Esa faceta también la cuida, porque ha conectado con la afición.
Deividas Dulkys es un tirador con muñeca de seda, chasis de atleta y gran dominio de la escena. No necesita mucho tiempo ni mucho espacio para levantarse de tres. Si ve hueco, no duda en echar el balón al suelo y enfilar camino hacia el aro. Y a esa polivalencia añade otra característica que lo convierte en doblemente peligroso, ya que es un gran pasador. Lo mismo se puede fabricar las canastas que fabricarlas para sus compañeros.
Este fin de semana ha sido el máximo anotador de la jornada en la Liga Endesa, compartiendo honores con Edwin Jackson (24 puntos). E hizo podio en valoración, con 31, solo superado por Doncic (34) y Shermadini (39).
En los promedios de la temporada, comparte honores en los primeros puestos de anotación y valoración con Mickey McConnell, que empezó con algunos titubeos y que ha dado un salto cualitativo en sus números. El base está firmando 11,5 puntos y 13,3 de valoración. El alero, 13,9 y 12,6, respectivamente.