La reforma de Montero Ríos sitúa a Doutor Teixeiro como el punto negro del Ensanche

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

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La calzada necesita un repaso y las pintadas asoman en fachadas, contenedores y en una de las pocas cabinas que quedan en la zona

29 mar 2017 . Actualizado a las 12:51 h.

La rúa Doutor Teixeiro es, tras la remodelación de Montero Ríos, una de las dos calles del Ensanche que siguen manteniendo el aparcamiento en ambas márgenes: la otra es Santiago de Chile. Precisamente, la búsqueda de un espacio libre para dejar el coche es quizás la causa de la intensidad de tráfico que sufre la calle diariamente y que la convierte en una de las más saturadas y ruidosas de la zona. Es también una de las pocas rúas que tiene dos carriles de circulación en el mismo sentido, aunque debido al aparcamiento en doble fila suele quedarse en uno. E incluso, en algunos momentos, se producen atascos al no haber suficiente espacio libre para circular.

Al margen de esa sensación de calle caótica, Doutor Teixeiro cuenta con unas aceras de cierta amplitud y que, sorprendentemente, están en buen estado. No hay baldosas sueltas ni rotas, pero sí sucias. Eso sí, la elección del color blanco para las aceras no parece haber sido la mejor idea, como lo prueba el tono negruzco del suelo. En cambio, en la calzada se acumulan los problemas. No hay grandes baches en el centro de la calle, solo uno considerable en su tramo inicial, junto a los contenedores. Sin embargo, el asfalto en la zona del aparcamiento deja mucho que desear. Hay huecos, gravilla esparcida y rejillas del alcantarillado taponadas, hundidas y sueltas. Tampoco vendría nada mal que los servicios de mantenimiento se dieran una vuelta por la calle para repintar los pasos de peatones y las líneas de las zonas de carga y descarga, del aparcamiento para motos y las azules de la ORA.

Si la calzada necesita un repaso, la limpieza de la calle también requiere de atención. Lo peor, sin ningún género de dudas, son las pintadas que pueden verse tanto en las fachadas de los edificios como en los contenedores, papeleras y en la cabina telefónica que, por cierto, es la única que queda en la zona. En lo que atañe a los edificios, las comunidades de propietarios tendrían que estar atentas a esos problemas. Pero en el mobiliario urbano es el Ayuntamiento quien debe dedicar recursos a garantizar la limpieza. Además de los garabatos hechos sin gusto, la calle no se libra de la costumbre de utilizar las farolas, cabinas, fachadas y escaparates de locales comerciales para publicitar clases particulares, limpieza por horas, reformas menores y conciertos.

La calle comercial goza, eso sí, de una amplia y variada oferta. A diferencia de otras rúas más especializadas en un sector, en Doutor Teixeiro hay joyerías, alimentación, clínicas dentales, decoración, viajes, loza, perfumerías, decoración y muchas más.