El Estado rechaza dejar volver a Santiago al delincuente paraguayo deportado

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El joven, al que denunció su madre por agresión, recurrió su expulsión en el juzgado

19 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El 26 de noviembre del 2016, Fernando Daniel V. M., un paraguayo de 19 años de edad, fue deportado de España tras ser detenido en Santiago por agredir a su madre, con la que residía en la capital gallega desde que tenía cinco años de edad. El joven, con causas judiciales pendientes y que era un delincuente cuyo entorno era bien conocido por la Policía Nacional, recurrió contra su expulsión y su causa se vio ayer en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de la ciudad, donde el abogado del Estado se opuso tajantemente a autorizar el regreso del extraditado alegando sus antecedentes penales y policiales.

Los que sí apoyan el retorno a Santiago de Fernando Daniel son los miembros del Foro Galego da Inmigración, que ayer se concentraron a las puertas del edificio anexo de los juzgados compostelanos para reclamar que se revierta lo que consideran una «injusticia» porque afirman que en el procedimiento de expulsión se produjeron «irregularidades».

En la vista, el Estado no solo ha recordado que el joven paraguayo se movía en un ámbito delincuencial y que incluso fue denunciado por agresión por su propia madre. También ha negado que el expulsado no tenga arraigo en su país natal, Paraguay, ya que aseguran que allí tiene familia y a su propio padre. Es más, el policía que le acompañó en el viaje en avión a Sudamérica declaró como testigo y señaló que Fernando Daniel le confesó que incluso estaba ilusionado por reencontrarse con su progenitor, que es propietario de una fábrica de pantalones y al que hacía diez años que no veía.

El abogado que defiende al Estado también aseguró que el proceso de expulsión fue absolutamente legal porque el joven estuvo siempre residiendo en Santiago de forma irregular y rechazó la posibilidad de que pueda sustituirse la deportación por una multa, algo que calificó de «imposible» porque, a su juicio, dejaría al ordenamiento jurídico «vacío de contenido».

El mismo policía que testificó en la vista oral explicó que el joven paraguayo fue recibido en el aeropuerto por sus familiares. «Había tres personas, entre ellas una señora mayor que se identificó como su tía», explicó el agente, que admitió que no se había dado aviso al padre, pero añadió que fue porque la familia quería darle una sorpresa.