«Estoy un poco triste, pero creo que es la mejor opción para mí»

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

Sar le abrió las puertas de un sueño, el de jugar en la ACB, y tres años después le toca buscar nuevos horizontes

20 may 2017 . Actualizado a las 16:41 h.

Cárdenas, junto con Albicy, son los únicos jugadores de la ACB que no llegan a 1,80 metros. En su localidad natal, La Palma del Condado, siempre fue de los pequeños de su generación. Le llamaban «El Canijo». No se le daba mal el fútbol, pero lo que le tiraba era el baloncesto. Nunca dejó de pelear por llegar a lo más alto. El Obra le abrió las puertas de la cima. Y, cumplida su etapa en Sar, conserva la ambición de seguir haciendo camino en la élite.

-¿Cómo tiene el cuerpo?

-Un poco triste, pero creo que es la mejor opción para mí. Hay sentimiento de tristeza porque dejo mucha gente querida, he conocido a gente muy buena. Los echaré de menos.

-¿Qué diferencia hay entre el Cárdenas que llegó y el que se va?

-La principal es que llegó un niño de 23 años y se va un hombre de 26, una persona más madura, con más experiencia, que sabe tomar mejores decisiones dentro y fuera de la pista. A pesar de no tener los minutos que me hubiese gustado, me han servido de mucho y estaré siempre agradecido.

-La posición de base en el baloncesto cuántico de Moncho Fernández es muy complicada.

-Sí, porque el baloncesto de Moncho es muy rico tácticamente. Hay que leer las ventajas en todo momento, obliga a una máxima concentración del base y a saber interpretar el partido.

-¿Qué es lo que más le ha sorprendido en esta etapa?

-Lo que más, la afición. Sobre todo en los malos momentos, siempre ha respaldado al equipo. El aficionado siempre ha transmitido ánimo y ganas de ganar.

-Si le pregunto por un momento, seguro que se queda con el debut en la ACB.

-Sí, sin duda, aquel partido contra Manresa. Y el partido en el que fui titular ante el Barça. Fue una sorpresa. No sabía que iba a empezar en el cinco inicial hasta que lo dijo Moncho en el vestuario. Los tres años me he sentido preparado para cuando Moncho lo estimase oportuno.

-¿Ha sido este el curso más duro, el de más ansiedad?

-No sabría decirlo. El anterior también lo fue, tanto en lo individual como en lo colectivo. Han sido tres años maravillosos.

-Tantas lesiones, siempre en la zona baja... No es fácil sobrellevar esa tesitura en un vestuario.

-No lo es, no. Hemos tenido la suerte de que los tres años el grupo ha sido muy bueno, hemos estado muy unidos. En los momentos difíciles eso es muy importante.

-¿En algún momento vieron amenazada la esperanza?

-No. La experiencia y los años en este club dicen que, cuando se confía, aunque las cosas se pongan feas, acaban saliendo. El Obra demostró, un año más, que con paciencia y siendo fiel a su estilo y filosofía alcanzó la meta.

-¿Se sabe la letra del Miudiño?

-Me lo sé enterito. El otro día fui al Celta-Madrid en Balaídos, y también lo cantaban. Tanto a Santi como a Corbacho y a mí nos sorprendió.

-¿Cómo se plantea el futuro?

-Aún no ha terminado la Liga. Está todo muy parado. Ya habrá tiempo. Ahora, a descansar, estar con la familia y ya se verá.

-¿Le sorprendió el desenlace, se veía un año más en Sar?

-Veía muy complicado seguir. Ya eran tres años. Después de haber jugado más a o menos, también necesitaba un cambio de aires. Creo que la opción que ha cogido el club es la mejor para mí, para mirar hacia nuevas metas

-¿El club ha perdido un base pero ha ganado un obradoirista?

-El Obradoiro siempre tendrá un hueco en mi corazón.