Encuentros literarios

Montse García Iglesias
Montse García AL TRASLUZ

SANTIAGO

08 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Es más fácil comprarle un libro a un niño pequeño. La afirmación es de uno de los expositores participantes en la Semana do Libro de Compostela explicando que hay menos reparos a la hora de sacar la cartera cuando el destinatario es uno de los pequeños de la casa. Un motivo para la esperanza de que el libro tiene futuro a largo plazo, que no morirá con las últimas generaciones que nacieron antes de que los ordenadores y demás dispositivos tecnológicos copasen gran parte de nuestras vidas. Pero uno encuentra más motivos para la sonrisa solo con una pequeña visita a la Selic. Una adolescente, acompañada por otras compañeras, se acercaba a un puesto en busca de una antología poética. Sabía bien lo que quería y preguntaba por autores con interés. En esa edad en la que muchos abandonan ese hábito de lectura que cultivaron de pequeños acompañados por sus padres, todavía hay quien lo mantiene. Por otra parte, un veinteañero traducía al inglés un libro en gallego a otra joven. Elegían páginas al azar, daba igual. Entre el público, cómo no, también gente de mediana edad y que supera la edad de jubilación, rebuscando en los estantes de los puestos. Quizás es la estampa que menos sorprende, pero que también tiene su valor en un momento en el que muchas librerías han tenido que cerrar o tienen dificultades para continuar. Las imágenes que deja la Semana do Libro de Compostela o la de hace unas semanas de la Feira do Libro en la Alameda valen la pena solo por eso: por recordarnos que hay historias aguardándonos a pequeños, adolescentes o mayores.