El calor provocó un pequeño freno en la producción de pimientos de Herbón

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

SANTIAGO

merce ares

Se regaron y abrieron al máximo los invernaderos e incluso se refrescaron las plantas

23 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El intenso calor de días atrás afectó, para mal, a la producción de pimientos de Herbón en invernadero, porque en muchos de ellos se superaron los 40 grados de temperatura. «Tanto calor fíxolle mal ao pemento, xa que lle caeu toda a flor», asegura un productor de la Sociedade Agraria de Transformación (SAT) A Pementeira, adscrita a la Denominación de Origen Protegida (DOP) Pemento de Herbón.

Además de regar y abrir al máximo los invernaderos, también hubo quien refrescó las plantas por encima. «Nalgún caso, o calor ata chegou a queimar o propio pemento», añade el vecino de Herbón, que habla de que la producción está «fóra de tempo», en alusión a que va «un mes por diante», a la vista de lo altas que están las plantas y de la cantidad de frutos que producen.

La recogida de los primeros pimientos de Herbón ya se adelantó, en algún caso, a primeros de mayo, a causa del excelente tiempo para el cultivo del mes de abril, que continuó en mayo y junio, de modo que la mayor parte de los productores llevan un mes recolectando frutos. «Non acordo nunca por este tempo que as plantas das leiras estean tan grandes; normalmente aínda case se lle daba a primeira sachadura», asegura este productor.

De hecho, hay vecinos que ya están recogiendo pimientos en las fincas al aire libre. Lo normal es, según explica este productor, que en las fincas en el exterior se recojan frutos cuando los invernaderos tienen un parón en su producción, a causa del tiempo que llevan dando las plantas a cubierto. Días atrás sí que registraron un pequeño parón pero, en este caso, a causa del intenso calor, demasiado incluso para un cultivo como el pimiento que quiere buenas temperaturas, sobre todo de noche.

En el caso de la explotación de esta familia de Herbón, la venta se realiza, en buena parte, en la plaza de abastos de Santiago, donde la madre tiene un puesto de lunes a sábado. Desde allí los comercializa para clientes particulares y negocios, como locales de hostelería y fruterías.