El pleno ratifica el reparto del millón de gasto social que visó Madrid por el covid

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

Los grupos políticos reclaman que el superávit no acabe amortizando deuda

15 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La corporación municipal ratificó ayer por unanimidad el decreto por el que el alcalde distribuyó el destino de los 1.145.754 euros del supéravit del 2019 que el Gobierno central permitió vincular a gasto social derivado de la crisis sanitaria del covid-19. En buena medida, ese importe cubrirá la financiación de los bonos de alimentos para la atención de las personas más vulnarables a esta crisis (850.000 euros) y el gasto de alojamiento de personas sin hogar (187.365), además de reforzar el servicio de atención domiciliaria a personas mayores (51.328) y de asignar 82.500 euros para las becas de comedor escolar. Otros 6.000 serán para la compra de medicamentos a personas en situación de vulnerabilidad y los 2.710 restantes para bonos de datos para actividades académicas de escolares.

Esta cuantía eleva hasta ahora a 2,7 millones de euros el gasto extraordinario ya generado o programado por el Concello por la pandemia del covid-19. El otro 1,5 va ligado al presupuesto de este año, con la consecuente merma de gastos presupuestados, pese a que el Ayuntamiento dispone de prácticamente 12 millones de superávit del 2019, según la liquidación que ayer aprobó también el pleno, aunque en este caso solo con el voto favorable del PSOE y la abstención de toda la oposición. Pero no puede administrar libremente ese importe.

El superávit solo puede dedicarse al pago de facturas pendientes al término del ejercicio en que se ha generado (se habilitó una partida de 342.000 euros, dejando pendiente de cerrar otra 245.000 para esas facturas) o a adelantar amortización de deuda, después de asegurar el cumplimiento de la regla de gasto. Para garantizar esta, el pleno ha hecho reserva de 6,2 millones del supéravit, la cifra en que entiende que caerán sus ingresos propios por el efecto covid. Eso deja más de 5,5 millones disponibles (unos 4,4 descontado el 1,14 millón ya destinado a gasto social con autorización expresa del Gobierno central). El BNG considera excesiva la reserva vinculada al techo de gasto, pero no fue esa la cuestión que centró el debate, sino la dependencia de Madrid para decidir cómo se gasta el superávit en función de la ley Montoro, por cuya derogación apuestan PSOE, CA y BNG y que los nacionalistas ya dicen que tarda.

Pero la salida más inmediata es que Madrid autorice modificar el destino de esos fondos, una demanda general de las Administraciones locales y en la que ayer hicieron hincapié CA y BN. «A lei de estabilidade orzamentaria ten que desaparecer, cando menos para os concellos», dijo Martiño Noriega, mientras que Goretti Sanmartín apuntaba que sería un «escandalo» que de 12 millones de superávit «só se puidese destinar un a gasto social, e o resto para os bancos». El PP requirió a Bugallo que se oponga de forma tajante «á posible incautación» de ese superávit «para favorecer aos bancos» e indicó que en esta tesitura hubiese sido mejor haber apoyado su plan de rebajas fiscales, según Ramón Quiroga.

Fondos para el bono alimenticio, hasta julio

La oposición coincidió en que vienen tiempos duros y que el Ayuntamiento no se puede permitir prescindir del superávit para destinarlo a la emergencia que ha traído el covid-19. E insistió en esa línea cuando el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, apuntó que ese 1,1 millones, que «pode parecer moito», solo asegura cobertura para el bono alimenticio y para las becas de comedor hasta julio. Para entonces, espera que esté aprobada la renta básica o que la situación económica se vaya regularizando, para poder ir limitando el gasto social extraordiario. Pero no concluirán ahí los gastos extraordinarios. El alcalde calcula que en seguridad rondarán finalmente los 600.000 euros; el de reactivación económica, los dos millones; y otros dos los de atención prioritaria.

La oposición pide más medidas para la reactivación económica. El PP un plan de 5 millones; CA, que se centre en necesidades perentorias y que se reconsidere el centro sinhogarismo Y el BNG, que se programe ya la inversión del supéravit, pero Bugallo no le ve sentido hasta ver si se dispondrá e él.