Vidas en riesgo

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

13 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Desconozco cuántas vidas hubiesen podido salvarse en las últimas dos décadas de haber contado la comarca de Santiago con un servicio de bomberos como es debido, con tiempos de respuesta adecuados a su cobertura territorial y con una plantilla proporcionada. Desconozco si el viernes de la semana pasada los bomberos de Ordes (primero) y de Arzúa (refuerzo) llegaron a tiempo al incendio de Sigüeiro para minimizar los irreparables daños personales o si, de haberse movilizado los de Santiago, habrían conseguido salvar no solo al hombre que supuestamente provocó el fuego sino también a su madre, a la que sacaron de la vivienda ya muerta. Podemos evaluar si al centro de Sigüeiro se llega antes desde la base contraincendios de Ordes o desde la de Santiago; y también si, en segundos, desde una central de coordinación se puede calibrar con la debida precisión el alcance de un siniestro que pone en riesgo la vida de personas para pulsar simultáneamente -o no hacerlo- el botón que moviliza a los efectivos de Santiago. Lo indiscutible es que miles de vecinos de los concellos limítrofes del capitalino carecen de una cobertura suficiente de los servicios de emergencia que prestan los bomberos y, por tanto, no están seguros. Hay muchas evidencias que avalan este aserto, ya sea que a Sigüeiro tengan que acudir desde Arzúa, que a Boqueixón o Vedra vayan desde A Estrada, pero igualmente desde Ordes y Arzúa, y también los estradenses a Teo en vez de los de Santiago, que están a tiro de piedra; que Ames, obligado por número de habitantes a disponer del servicio, tenga que recurrir a un convenio con el grupo supramunicipal de Brión... ¿seguimos? En veinte años hemos oído, visto y escrito de todo: las movilizaciones de los bomberos de Santiago porque no deben salir del municipio -con los tribunales avalando sus derechos, por cierto-; el esqueleto del edificio en Salgueiriños como monumento a este despropósito; el endémico déficit de efectivos del cuerpo compostelano; el debate sobre quién asume los costes del servicio comarcal; la insalvable ley Montoro; los alcaldes dando un ultimátum tras otro... Y ahora la solución provisional de un refuerzo para Santiago y que el Consorcio Provincial Contraincendios pague la factura... Lo que sea necesario, pero que se haga ya, porque hay vidas en peligro.