El aeropuerto de Santiago frena la escalada que inició tras el covid y pierde 10.000 pasajeros en tres meses

s. l. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

La mayor ocupación de las aeronaves permite amortiguar el impacto del recorte de ocho rutas exteriores en este invierno

09 abr 2024 . Actualizado a las 20:12 h.

Lavacolla ha iniciado el año con 3.000 viajeros menos de los que movió en el arranque del ejercicio anterior. Aunque el revés de enero es mínimo en una terminal que sigue acumulando récords y que cerró el 2023 superando el umbral de los 3,5 millones de usuarios, sí resulta significativo porque marca una tendencia a la baja en esta temporada de invierno respecto a la anterior. Esto se produce en una coyuntura condicionada por la fuerte reducción de rutas europeas que las aerolíneas aplicaron para esta campaña, en la que el Rosalía de Castro pasó de contar con vuelos directos con 14 ciudades europeas en el invierno pasado a ofertar ahora conexiones solo con 6 urbes.

Esa merma se ha traducido en la pérdida de 10.000 viajeros en los tres primeros meses de esta temporada invernal —noviembre, diciembre y enero— respecto al mismo período de la campaña del 2023. Los 660.488 usuarios acumulados en ese período de la campaña de invierno del año pasado se han quedado en la presente en 650.502. Y esto a pesar de que, incluso con ocho rutas exteriores menos que entonces, Lavacolla logró mejorar en diciembre pasado los resultados que había obtenido en el último mes del 2022, y lo hizo con más de 8.600 viajeros de diferencia.

Con estos registros, la terminal compostelana ha cedido su liderazgo como la que más crecía en España desde la pandemia entre las que mueven más de 3 millones de pasajeros al año. En enero diez aeropuertos ganaron más tráfico que el Rosalía de Castro. La clave está en un repliegue en la programación de las aerolíneas, que apuestan por potenciar los destinos con mayor tirón turístico en detrimento de las conexiones exteriores. En Ryanair, actor principal de los recortes en Santiago, achacan su decisión en el encarecimiento de las tasas aeroportuarias —sobre todo, en Francia, país con el que la compañía irlandesa canceló los enlaces con París, Burdeos y Marsella, que tampoco retomará para el verano— y en las subidas del precio del carburante.

En este contexto, las aerolíneas van sobre seguro y priorizan una mayor ocupación de los aviones frente a la ampliación de rutas exteriores, lo que explica el retorno de la estacionalidad en su programación. Y el balance de la campaña de invierno en Lavacolla confirma que las compañías están logrando esos objetivos. Porque los vuelos van más llenos: con un 3,9 % más de operaciones en el 2023 que en el año anterior el tráfico en el aeropuerto se incrementó en un 9,2 %. Esa mayor rentabilidad también está permitiendo maquillar el impacto del recorte de rutas europeas. Esta estrategia y el refuerzo de servicios en las rutas de sol y playa permiten a Ryanair incrementar en 100.000 las plazas que pone a la venta para la campaña estival, pese a que ofertarán cinco destinos menos que en la del 2023.