Los guías turísticos de Santiago piden que se les consulte en las iniciativas sobre flujos

La Voz SANTIAGO

SANTIAGO

Sandra Alonso

Hostelería defiende como clave la información de calle en puntos estratégicos

03 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Los guías turísticos quieren tener voz en la reflexión municipal acerca de la regulación de flujos turísticos después de conocer la valoración por parte del Concello de medidas como la limitación del número de personas que visitan en grupos determinados enclaves. La Asociación Profesional de Guías de Turismo de Galicia entiende que se está poniendo el foco del problema en el sector, cuando los grupos que conocen la ciudad con ellos van en silencio y por donde se les conduce, y sus asociados evitan los altavoces.

El problema no está ahí, explica su presidente, Tommi Alvarellos, quien no cuestiona que se regule, pero sí demanda que se les consulte, que se les pida opinión. De momento no lo han hecho, expone, al tiempo que refiere que son ellos «quen andan coa xente pola rúa» y tienen un conocimiento más próximo de en qué calles hay problemas. Y se pregunta qué va a hacer el Concello con las macroperegrinaciones y con los grupos que vociferan. «Aí está o problema», sostiene Alvarellos, quien, más allá de iniciativas reguladoras, entiende que una «campaña informativa visual, ben feita» —cuestiona la efectividad de la desplegada en el casco urbano el verano pasado— motivaría mayor respeto en la visita a la ciudad.

Para Hostelería Compostela, la información es también clave, sobre todo, a pie de calle. Su presidenta, Sara Santos, expone que la información es básica para que los turistas no anden dando vueltas y rememora aquel servicio de chaquetas rojas de hace años con informadores turísticos fácilmente identificables y disponibles para orientar al turista desde distintos puntos del casco histórico. «A la gente hay que guiarla, informarla», que «no esté dando vueltas», dice Santos, pensando en el efecto que tiene sobre la ciudad la llegada de grandes grupos. «Es importante dirigirla, y con buena información», añade, una información que podría evitar la «masificación» que se da en algunos puntos y que debe incidir, además, en la necesidad de no dar voces. La información previa «está bien», sostiene Santos, pero también debe haberla, dice, en puntos estratégicos en la ciudad.

La posible limitación del volumen de los grupos de visitantes en determinados puntos está sobre la mesa, pero Santiago no esta todavía en el punto de introducir una medida como esa, como hará San Sebastián en unos días. Así lo sostiene la concejala de Turismo, Míriam Louzao, aunque apunta que se ha de caminar hacia eso. «Os sitios que tiveron esa masificación antes ca nós están camiñando ata aí e debemos mirar o que fan outros sitios do Estado», dice Louzao, aunque teniendo también en cuenta, precisa, las «especificidades de Santiago, que é meta de peregrinación, co cal ten condicións un pouco diferentes». Regular esos flujos requiere su tiempo y una reflexión basada en datos que el Concello pretende obtener «da man da USC».

«Cambiar o modelo turístico non se fai dun verán para outro», afirma la edila, quien fía la iniciativa municipal a más corto plazo, para este verano, a una nueva fase, «máis ambiciosa», de la campaña Compostela é fráxil. Se trata, defiende, de «seguir traballando en concienciar e sensibilizar, sempre en positivo», para que el impacto de los flujos turísticos «sexa o menos posible». Louzao sitúa más a largo plazo las medidas que se valoran sobre el control de flujos en espacios concretos. «Queremos que Santiago siga sendo unha cidade acolledora, e para iso hai que tomar medidas que axuden a paliar os efectos negativos da masificación turística nalgunha zona puntual», defiende.

 Borja Verea pregunta si se quiere prohibir la entrada de grupos de peregrinos en el Obradoiro

El PP dejó claro ayer que ni le convence el anuncio del gobierno municipal ni que ese sea el camino. Para esta formación, el bipartito ha declarado «como inimigos aos visitantes e peregrinos que chegan á cidade» y lo único que conseguirán, según su portavoz, Borja Verea, es «pechala en si mesma, reducila, paralizala» y convertirla «nun barrio dormitorio». El popular se pregunta si el gobierno está pensando «de verdade o que di»: «Xentes de todo o mundo, soas ou acompañadas, esfórzanse todos os días por chegar a Santiago. Non existe un lugar do mundo que consiga esa manifestación multitudinaria de ledicia como a Praza do Obradoiro e agora pretenden prohibir os grupos de visitantes. De verdade están pensando o que din?, queren prohibir a entrada de grupos de peregrinos que chegan ao Obradoiro?».

Verea ve en el bipartito «cero traballo e moita ideoloxía» después de seis meses de retraso, expone, con la tasa turística y «case un ano coas vivendas de uso turístico», además de no saberse nada aún «da famosa regulación para prohibir pícnics e acampadas nos espazos emblemáticos». El popular invita a los nacionalistas a que «se poñan a traballar no problema do ruído nocturno, no tráfico colapsado da nosas rúas, nunha política de vivenda para todos e nunha cidade limpa, amable e ordenada» si «realmente queren preocuparse polo descanso dos veciños». «Déixense de ideoloxía e de dar paos de cego e deixen aos peregrinos, que levan mil anos construíndo o que somos, en paz». Según Verea, Santiago «é unha cidade universal, cosmopolita e aberta ao mundo e nós imos defender ese compostelanismo ata as últimas consecuencias».