Las viseras de la sombrerería Iglesias que anuncian el buen tiempo con colorido

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

ALBA FURELOS

En invierno se llevan tonos oscuros y más clásicos, pero en verano las telas son más vistosas, coloridas y con motivos alegres

24 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

A la sombrerería Iglesias, uno de los pocos comercios históricos que resisten en la zona noble de Santiago, llegó la primavera y también el verano. Su escaparate siempre atrae las miradas de los compostelanos que pasean por el casco histórico y de los turistas que cada vez llegan en mayor número estos días, pero desde hace unas semanas aún consigue captar más la atención. La razón no es otra que la exhibición de las viseras italianas que dejan a un lado los colores oscuros, más clásicos del invierno gallego, para ofrecer una explosión de colores vivos y motivos vistosos, que no pasan desapercibidos. «Son telas de lino, algodón y seda de colores vistosos para animar la primavera y el verano», explica Tino Fernández Iglesias, nieto de Celestino Iglesias y Ramona Blanco, fundadores del comercio allá por 1912. Las viseras comparten escaparate con los sombreros panamá y otros modelos «que son más propios para esta época del año». Incluso entre las viseras más alegres también hay algunos modelos pensados para los hombres menos atrevidos. Son de tonos claros y con listas de colores tenues frente a las opciones más atrevidas con dibujos de violines, coches, paisajes primaverales, pájaros, e incluso con motivos de flores y listas de colores muy vivos. ¿Quién se atreve con estas viseras?. Tino apunta que especialmente las personas de mediana edad, y dentro de este grupo hay de todo. Las más vistosas tienen sus clientes. Su apuesta por este tipo de oferta llegó hace unos años, por la necesidad de ofrecer «cosas distintas, pero sin bajar la calidad, porque hay que mantener el prestigio», y por eso «cuando nos ofrecieron estas viseras, aposté». Celestino insiste en que, «de la misma manera que una visera de invierno tiene que proteger de la lluvia, una de verano tiene que proteger del sol, y esto no se consigue con las malas». Las de verano protegen de los rayos solares, «tienen garantizada la protección con el sello UPF 40+. Las malas no protegen, pero lo peor es que la gente usa la visera para que le proteja de los rayos solares», pero la verdad es que hay muchas por ahí que son coladeros. Las viseras, como las boinas, no atraen al público femenino, que «prefiere el sombrero de corte masculino o los sombreros de ala ancha», de los que también hay varias opciones llamativas en su escaparate. Celestino, que compartió mostrador con su madre, Mari Nieves, durante muchos tiempo, reconoce que el turista extranjero cambió bastante en los últimos años. «Antes miraba menos la peseta, dejémoslo ahí; ahora se parecen más al turista nacional de agosto. Aunque también hay otros que son buenos», comenta.