Los doce millonarios de Arzúa mantienen su rutina laboral

Natalia Rodríguez Noguerol
n. noguerol ARZÚA / LA VOZ

ARZÚA

Álvaro Ballesteros

Los empleados de Correos hasta trabajaron el fin de semana

28 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida sigue igual para los doce vecinos de Arzúa que se repartirán los 14,6 millones, correspondientes al primer premio de la lotería Primitiva en el sorteo del pasado jueves. Al menos, de momento. Los empleados de la oficina de Correos donde se formó la peña que resultó agraciada con una apuesta sellada en la administración O Rei Midas de la localidad se presentaron, como cada mañana, en su puesto de trabajo para prestar un servicio que, en ningún momento, se vio afectado por la euforia y el desconcierto de quien está asumiendo que se ha vuelto millonario.

Es más, los empleados públicos ni tuvieron el fin de semana de descanso. Primero por las felicitaciones que no dejan de llegarles de vecinos que comparten su alegría como propia; y segundo porque fueron dos jornadas más de trabajo. La del sábado, aunque por turnos, siempre lo es por las mañanas, y el pasado no fue menos. Y el domingo, los carteros también tuvieron faena al tener que estar abierta la oficina postal por coincidir con jornada de elecciones. Más relajado tuvieron el fin de semana los dos vecinos que forman parte de la peña, pero que no son empleados de Correos, aunque ayer, igual que el resto de los agraciados, se incorporaron como un lunes más a sus puestos de trabajo.

Celebración pendiente

Aunque seguro que de puertas adentro en las casas de los doce millonarios no faltó una copa de champán, o de lo que se terciase, para celebrar, los afortunados todavía tienen pendiente el jolgorio conjunto que merece la ocasión. Van a hacerlo. Es algo que tienen claro y que no admite discusión. Pero, de momento, no saben cuándo.

Y mientras consensúan una fecha que les venga bien a todos, cada uno seguirá dándole a vueltas a qué hacer el resto de sus días con un millón de euros más en la cuenta del banco. Dejar de trabajar de manera definitiva es una opción poco probable, puesto que la mayoría de los agraciados son gente de mediana edad que todavía ve un poco distante la jubilación. Y ya se sabe: no hay poco que no llegue, ni mucho que no se acabe, con lo que algún que otro capricho y tapar agujeros es lo que les ronda en la mente. En cualquier caso, que no les falte cabeza ni salud para gastarlos.