Es una «queixeira» tradicional y se expondrá en la Festa do Queixo
23 sep 2021 . Actualizado a las 18:24 h.La escultura de queso más grande del mundo no es la que figura en el Libro Guinness de los Récords, que reconoce el trabajo de un estadounidense que esculpió una pieza de la variedad cheddar de 691 kilos. De más peso es la que se custodia en una de las cámaras frigoríficas de Queixería Barral, en Arzúa, donde se ha elaborado una pieza de unos 730 kilos para la que se han empleado más de 7.500 litros de leche. Es una réplica a tamaño real de la escultura en piedra que en la plaza principal de la localidad rinde homenaje a las tradicionales queixeiras: 1,55 metros de alto por 1,35 de fondo y 80 centímetros de ancho son las medidas de una obra con más méritos que la del artista americano por las dificultades que ha añadido a la elaboración de la extraordinaria pieza la cremosidad que define la textura del queso Arzúa-Ulloa.
«Foi un traballo moi complexo pola necesidade de que a peza teña unha consistencia que acadamos empregando un leite cun nivel de graxa inferior ao común e traballando a unha temperatura máis alta do habitual», explica Juan Carlos Barral, gerente de la quesería que respaldó una iniciativa impulsada por el club de fútbol CSD Arzúa con motivo este año de su 50 aniversario. Será en la celebración estival de la efeméride cuando den buena cuenta de las bondades gastronómicas de la colosal pieza de queso, que, hasta entonces, será para mirar y no tocar. Para empezar, este fin de semana en la edición número 42 de la Festa do Queixo. En el recinto ferial que albergará la mayor muestra sectorial de la comunidad se expondrá unas horas la escultura, que se identifica perfectamente con la que en su día talló en granito el finado artista compostelano Fernando García Blanco.
«O resultado é bo», afirmaba con satisfacción el presidente del club arzuano de fútbol, Víctor Gómez, en la presentación mediática de una pieza de queso para la que se utilizó el molde «máis grande que hai a nivel internacional» en impresión 3D. La estructura, de unos 60 kilos de plástico, la confeccionaron en una empresa de ingeniería de Moaña que invirtió más de 2.500 horas de trabajo hasta conseguir un molde que se encargaron de rellenar las manos de la veintena de personas que participaron en el proceso -el de elaboración artesanal del queso- para el que se emplearon, además de leche, 650 centímetros cúbicos de cuajo y 80 kilos de sal. Son más cifras que dan cuenta de la dimensión de una escultura que ahora se encargarán de perfilar Camilo Seira, discípulo del artista que firma la queixeira pétrea de Arzúa, y un profesor y alumnos de la Escuela de Arte Mestre Mateo, de Santiago. La pieza lucirá en la Festa do Queixo niquelada.