Un acuerdo pone fin once años después al caso de la banda que robaba coches de lujo

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

BOQUEIXÓN

PACO RODRÍGUEZ

La aparición de un almacén en Boqueixón destapó una red que llegó a sustraer un vehículo al jugador de fútbol David Beckham

30 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El 20 de octubre del 2006 se puso en marcha el contador de una complejísima investigación contra una red de robo de coches de lujo que operaba en Europa y el norte de África. El hilo del que tiró el grupo ECO de lucha contra el crimen organizado de la Guardia Civil apareció en Boqueixón. Concretamente, en una nave de 400 metros cuadrados situada en el lugar de Ramil en la que se hallaron siete vehículos de alta gama. Aquella banda se hizo famosa porque entre sus víctimas estaba el exjugador de fútbol del Real Madrid David Beckham, al que le sustrajeron un BMW X5 blindado que apareció después en manos de una ministra de la república exyugoslava de Macedonia. Ocho años después se celebró el juicio de la que se bautizó como operación Boquerón, pero uno de los acusados no apareció y quedó pendiente hasta ayer, cuando por fin se pudo cerrar el caso. Hasta el magistrado que presidió el tribunal de la Audiencia de Santiago, José Gómez Rey, se mostró satisfecho y afirmó: «Con esto queda este asunto zanjado, que ya iba siendo hora».

El acusado que no pudo ser juzgado en el 2014 es Abderrahim Syniny El Ousfor, que aceptó su culpabilidad a cambio de que la Fiscalía redujese sustancialmente las penas que solicitaba contra él. Finalmente, ha sido condenado por un delito de robo con fuerza en las cosas por la sustracción de un vehículo y de otro de falsificación de documentos. Por el primero cumplirá seis meses de prisión y otros tres por el segundo. No tendrá que pisar la cárcel, ya que el tribunal ha acordado la suspensión de la pena a cambio de que no vuelva a delinquir en el plazo de dos años. También tendrá que abonar 450 euros de multa y otros 643 en concepto de indemnización por los efectos sustraídos, así como lo que se acredite por los daños que sufrió el coche robado.

Buena prueba de la complejidad del caso es que el escrito de acusación del fiscal constaba de 36 páginas. La organización robaba coches de lujo en España, Alemania, Francia e Italia y después utilizaba puertos como el de Vigo para trasladarlos a Marruecos, donde los vendían.