Lola Iglesias se jubila, tras 43 años como matrona, y pasa el testigo a su hija Ana en la Escuela de Mamás de Santiago

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

BOQUEIXÓN

PACO RODRIGUEZ

La boqueixonesa, que llegó a asistir dos partos a domicilio y el de su propia nieta, continuará vinculada a la educación maternal en el centro de la calle Santiago de Guayaquil

09 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Lola Iglesias Vilas perdió la cuenta de cuántos niños ayudó a traer al mundo en las comarcas de Santiago, Ordes y Barbanza. «Hoxe arrepíntome de non habelos anotado», dice. Nacida en Boqueixón, empezó como matrona a sus 22 años en su ayuntamiento natal, donde trabajó durante casi un cuarto de siglo en una profesión que siempre le apasionó, hasta el punto de compaginar la asistencia a parturientas en distintos lugares: estuvo cubriendo guardias en el Hospital do Barbanza, 32 años en La Rosaleda de Santiago (hasta el 2023) y los últimos 19 en el centro de salud de Oroso, donde se acaba de jubilar.

Han sido muchos los mensajes de agradecimiento y buenos deseos que ha recibido estos días, aunque seguirá vinculada a un proyecto que creó allá por el 2013, la Escuela de Mamás, donde continuará dando clases de educación maternal como apoyo, sin un horario fijo y de forma desinteresada. Cuenta Lola que la escuela fue una idea que surgió formando equipo «coa mellor», Salomé Llovo, aunque un fatídico accidente de tráfico impidió que ella llegara a ver cómo se materializaba. La preparación al parto y ese trato cercano con las madres hizo que quisiesen acompañarlas y ayudarlas en todo el proceso del embarazo, escuchando las necesidades que tienen durante el mismo, e incluso después. Las dos hijas de Lola, Ana e Iria Argiz la acompañaron en esta aventura emprendedora, que fue creciendo a medida que lo hacía la demanda en O Milladoiro (Ames), hasta que en el 2020 se trasladaron a Santiago para ampliar sus servicios, en la calle Santiago de Guayaquil. Ahora Iria vive fuera y se ha desvinculado del proyecto, pero la mayor de las hermanas sigue al frente de un legado que mamó desde niña.

Aunque estudió diseño y ADE, admite Ana que «vivín de cerca o mundo sanitario dende moi pequena; mamá facíanos partícipes de todos os seus partos e con 12 anos xa sabía máis deste tema, por todo o que nos contaba, que moitos que empezan na especialidade». «As dúas fixeron moitas guardias conmigo de pequenas», constata la vecina de Boqueixón. Iria, por su parte, se formó en hipopresivos y pilates de embarazo, aunque la vida la acabó llevando por otros derroteros. Su madre fue matrona de hasta tres generaciones, asistió el parto de su propia nieta, que hoy tiene dos años y medio, y atendió otros dos a domicilio, relata, uno en Touro y otro en Boqueixón. En este último estaba presente Iria, quien acabó siendo madrina del niño, nacido en el 2001. «Por sorte, tiven poucos momentos duros e moitos bos», hace balance Lola, quien deja en manos de su primogénita un centro integral que ya trasciende a la maternidad, embarazo, parto y posparto.

«Isto foi crecendo pouco a pouco e medrou cara fóra. Xa non só axudamos a mamás que teñen un parto recente, tamén a outras mulleres que atravesan a menopausa e teñen problemas por non ter traballado o só pélvico ou feito unha recuperación posparto axeitada, incluso veñen moitos homes cos seus bebés ou para unha recuperación dun cancro de próstata... Atendemos a unha poboación moito máis ampla porque hai moitas etapas na vida onde é importante coidarse como se fai no embarazo e temos recursos que se poden trasladar a moitas outras situacións», matiza Ana. Entre los servicios de su escuela de salud femenina, ofrecen desde preparación física a fisioterapia o gimnasia hipopresiva. Todo, enmarcado desde una filosofía de comunicación interdisciplinar, en continuo contacto con ginecólogos, pediatras, osteópatas y cualquier otra disciplina que pueda aportar luz al proyecto.  

El cuarto trimestre

¿Y en qué consiste exactamente la educación maternal? «Son clases nas que falamos sobre como afrontar o parto, das alarmas que saltan despois de dar a luz, porque cando xa nacen os nenos os pais enfróntanse a moitas dúbidas novas. Eu sempre digo que o posparto é o cuarto trimestre. Chegan os cólicos, os problemas coa lactancia a recuperación do só pélvico... e tratamos tamén aparte emocial. Emocionalmente, enfrontarnos a algo totalmente descoñecido pode chegar a abrumar. Trátase de que, canto máis informadas estean as nais, máis van a desfrutar do momento. Hai moita sobreinformación e non é sempre positiva. Nós tratamos de filtrar e guiar desde o coñecemento non só como nais senón tamén de moitos outros casos e distintos ámbitos para que manexen unha información real», responden.

La línea de trabajo, a partir de ahora, confirma Ana, seguirá siendo la misma, «e sempre co respaldo e profesionalidade de mamá. A nosa maneira de traballar é a súa maneira», concluye una pequeña empresaria de 42 años que aboga por enfocar con creatividad el negocio para atender los distintos casos que se le presentan.