Los menús de la escuela de Os Ánxeles, en Brión, generan más protestas de las familias

Emma ARaújo SANTIAGO / LA VOZ

BRIÓN

CEDIDA

Denuncian que la comida es escasa en nutrientes y con restos de material plástico

24 oct 2016 . Actualizado a las 21:47 h.

La Asociación de Nais e Pais Rosalía de Castro del colegio de Educación Infantil de Os Ánxeles, en Brión, ha denunciado nuevos problemas con el cátering de los menús que se sirven a una treintena de niños de este centro, en el que estudian más de 60 escolares que tienen entre 3 y 6 años de edad.

El colectivo de familias, que durante el año pasado ya alertó de múltiples irregularidades en el servicio, ha dado a conocer deficiencias que consideran especialmente graves, ya que hace dos semanas aparecieron restos de material plástico dentro del depósito de la comida que podrían haber provocado un peligroso accidente si alguno de los niños lo hubiese tragado, aunque esos restos no se llegaron a servir. Este incidente ya fue notificado a la Consellería de Educación, de la que esperan respuesta.

Ante las carencias detectadas durante el pasado curso, la asociación presentó en diciembre una queja formal ante la Valedora do Pobo. Y esta institución, tras la solicitud de los informes pertinentes, les respondió el 19 de septiembre confirmando que las quejas por este contrato, que tenía la empresa Serunión y que ahora asume una firma del mismo grupo, se tradujeron en varios expedientes sancionadores, ascendiendo el que afectaba a Brión a una multa de 6.000 euros. Además, la valedora acepta como propia la petición de las familias para que la Xunta «asuma a súa responsabilidade na xestión do servizo de comedores e o control continuo ás empresas de cátering».

Miembros de la asociación de padres denuncian que, cuando ellos gestionaban el comedor con una empresa de A Estrada, «entrabas por la puerta y te daban ganas de quedarte a comer». Ahora, añaden, «los niños salen con hambre, piden el bocadillo de la merienda a las tres de la tarde y a veces te cuentan como anécdota que les tocó un trozo de chorizo o un mejillón».

La asociación Rosalía de Castro destaca que la mayor parte de la comida ya llega procesada a la cocina de la empresa y, aunque sobre el papel cumple la normativa sanitaria, «es como si nos dicen que nuestros hijos pueden comer todos los días comida basura», objetan.

Ante las denuncias de estas familias, Educación señala que los problemas del año pasado y que motivaron el expediente sancionador de 6.000 euros, fueron «incidencias puntuais», por lo que plantearon a las familias que asumiesen de nuevo la gestión del servicio, a lo que el colectivo se negó porque si lo hiciesen «algunos niños de familias con problemas económicos se quedaban sin este menú».