Peatonalizar, a estas alturas

Emma Araújo A CONTRALUZ

SANTIAGO CIUDAD

30 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La reciente concesión a Xerardo Estévez de la medalla Castelao nos ha permitido viajar en el tiempo para recordar cómo Santiago consiguió eliminar los vehículos del Obradoiro y la ciudad fue capital cultural europea. Muchos compostelanos se enorgullecen estos días de aquellos logros, que en su día provocaron no pocas críticas y denuncias sobre el riesgo de que el comercio se echase a perder porque caminar para ir de compras podía ahuyentar a la clientela.

Han pasado los años, pero el debate sobre el tráfico en Santiago sigue siendo el pan de cada día, ya que ahora toca la letanía de las obras del túnel de Conxo y la peatonalización de la rúa de San Pedro.

Que una de las mayores preocupaciones de una ciudad que se dice cosmopolita siga siendo el tráfico de vehículos no parece muy buena señal. Y si a este problema añadimos el tráfico peatonal, con vecinos que se dan de bruces en las aceras porque tienen tantos agujeros como el asfalto, el diagnóstico nos aleja de cualquier ciudad a la que Santiago debiera parecerse.

Resulta realmente triste que tras a estas alturas de la película una ciudad a la que llegan miles y miles de personas caminando, en muchos casos tras recorrer cientos y cientos de kilómetros aún tenga en su debe los atascos de coches, las circunvalaciones que se retrasan y las abusivas tarifas de los aparcamientos que están bajo suelo público. Y mientras tanto nos olvidamos de las lagunas del transporte público para desterrar el coche y de por qué miles de vehículos llegan a diario desde esa comarca a la que Santiago no mira y de la que vive.